Nadie quiere estar del todo comprado, ni tampoco del todo vendido. Los especuladores avezados utilizan los mercados de futuro para cubrirse. Nadie habla de no pagar la deuda, pero los planes económicos son opuestos, te contamos algunos trazos de lo que podría venir en esta nota.
El mercado sabe que hay elecciones, la cantidad de contratos de dólar a futuro a vencer superan los U$S 5.000 millones, una cifra que se acerca bastante a lo que sucedió en el año 2015. Sin embargo, mientras muchos inversores se aseguran capturar un dólar a futuro, en el mercado disponible el dólar baja. Casi una contradicción en un escenario de alta especulación.
El mercado muestra poco apetito por el dólar en el mercado disponible. El tesoro nacional vende U$S 60 millones por día, la tasa de interés de plazo fijo sigue en el 50% anual, hay una recesión muy grande, y a nadie le sobra un peso para comprar dólares en la plaza. Entre el año 2011 y 2019 el dólar subió el 1000%, su cotización se multiplicó por 10 en 9 años. Sin embargo, el uso y las costumbres hacen que los argentinos se refugien en dólares ante un escenario electoral.
La pregunta que muchos se hacen es ¿Por qué los especuladores compran dólares a futuro? Los inversores ven al dólar en $ 43,66 en el precio contado mayorista, y a diciembre de 2019 vale $ 56,50.
Si la elección presidencial la gana la fórmula oficialista, es muy posible que el Fondo Monetario Internacional, que hasta ahora aportó U$S 58.000 millones para resolver los problemas de Argentina, haga un esfuerzo adicional, y transforme el crédito actual en un crédito de facilidades extendidas a 10 años, exigiendo reformas cualitativas como la laboral, previsional e impositiva. No se descarta que pueda prestar algo más de dinero si estas reformas se llevan adelante. El gobierno está evaluando una reforma laboral por decreto, ojalá se pueda consensuar en el congreso.
Los capitales extranjeros ven con muy buenos ojos a la fórmula oficialista, los bonos subieron de precio, sin embargo, no superaron los máximos del mes de febrero pasado, te quiero, pero no tanto. Esto implica que los bonos no terminan de salir de una tendencia bajista de fondo.
La fórmula opositora Fernandez y Fernandez no deja de sorprender. No ha mencionado quien será su equipo económico, pero se dejan trascender ideas fuerza, prefieren una mayor presión tributaria, el cepo al dólar, y un mercado interno robusto. No hablan de llevar al país a la cesación de pagos, piensan renegociar con el Fondo Monetario Internacional como el oficialismo, y potenciar vaca muerta.
De todo lo que mencionamos lo que más preocupa es el cepo al dólar, y la posibilidad de un tipo de cambio mucho más elevado que el actual, de allí el posicionamiento alto en el mercado de futuros por parte de los inversores.
En el mientras tanto el mundo le sonríe al oficialismo, la tasa en Estados Unidos se ubica en el 2% anual, en Alemania y Japón las tasas son negativas, te cobran para tenerte el dinero. Los precios de los granos suben, la leche está a buen precio para el tambo, y es muy probable que la carne comience a escasear ante el avance de la fiebre porcina africana.
En el plano local, la recesión no se detiene, los índices de producción industrial preanuncia nuevas bajas en la actividad económica, solo el campo muestra mayor actividad, el comercio sigue en problemas y la construcción mejora. En resumen, los centros urbanos muestran un muy mal nivel de actividad, desempleo y caída del poder adquisitivo de los salarios.
Con datos oficiales del Indec, a febrero pasado mientras la inflación se ubicaba en el 55% anual, los salarios aumentaban solo el 38% anual, esto implica que no hay recuperación del poder adquisitivo y esto impacta directamente sobre el consumo.
El crédito no deja de caer, por ende, la venta de autos y motos se va reduciendo a su mínima expresión, sin crédito estos sectores mostrarán niveles de venta muy exiguos.
El gobierno prepara anuncios para revertir el escenario recesivo, el ahora 12, las paritarias, la probable desgravación de ganancias en el medio aguinaldo, créditos a través del Anses a jubilados y beneficiarios de asignación universal por hijo, son algunas de las medidas para paliar el malestar social. En junio opera el aumento trimestral a jubilados y pensionados, mientras que las asignaciones universales por hijo aumentaron el 47% en marzo pasado.
Conclusión
El mundo le sonríe al gobierno argentino, ya sea por el escenario de hiperliquidez internacional, como también por la suba de los precios de las materias primas.
La economía real sigue con destrucción de los puestos de trabajo, pérdida de poder adquisitivo del salario, alta inflación y falta de financiamiento.
Si el gobierno gana hay expectativa de que lleguen inversiones, crédito externo y reformas estructurales de largo plazo.
Si gana la oposición no sabemos que reformas estructurales aplicarán, pero el esquema monetario y fiscal será muy distinto, lo que hace presumir un dólar más picante, y eso hace que los inversores compren en el mercado de futuro.
En uno u otro caso, nadie habla de no pagar la deuda, esto debería generar un impulso alcista en el precio de los bonos en dólares, pero por el momento esto no ocurre, veremos si en las próximas semanas pueden superar el máximo que alcanzaron en febrero pasado.
Las acciones deberían subir si los bonos logran revertir la tendencia bajista, en este caso las empresas argentinas deberían subir mucho más en términos porcentuales que los bonos. El mix de una posible reforma laboral y caída del riesgo país deberían ubicar al índice merval en valores muchísimos más altos que los actuales. Sin reforma y con cepo al dólar, las acciones serán un fiasco.
Los mercados están operando en modo binario, igual que las propuestas electorales. Nadie quiere estar del todo comprado, y tampoco del todo vendido. El mundo ayuda en esta coyuntura, pero los que mandan son las encuestas, el humor social, y lo determinante será el resultado de las PASO el 11 de agosto, que marcará el rumbo del mercado.
Salvador Di Stefano
Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo.