El proyecto de “Ley Nacional de Farmacias”, que dispone que las farmacias sólo podrán ser abiertas por farmacéuticos o por sociedades de responsabilidad limitada donde un profesional sostenga la dirección técnica y la gerencia de la firma.
De convertirse en ley, significará un freno al “modelo farmashoping”, promovido por empresas como Farmacity, que pretende convertir lo que es un centro de salud en un local comercial multiproducto que compite de manera desleal con las farmacias de barrio comandadas por profesionales.
“Con esta ley queremos representar la preocupación y la lucha de cada uno de los farmacéuticos, porque quieren imponer un negocio financiero por sobre la salud de todos los argentinos”, sostuvo el presidente del bloque, Agustín Rossi, y criticó al vicejefe de Gabinete y dueño de Farmacity, Mario Quintana, por “presionar para habilitar un negocio que sólo lo beneficia a él”.
La iniciativa encabezada por la diputada Fernanda Raverta modifica la ley 17565 y busca recuperar el espíritu del artículo 14 de la norma original, que fue derogado por el decreto de desregulación económica del exministro de Economía Domingo Cavallo en los ‘90. Esto es, que las farmacias son una extensión de la red sanitaria, y que el farmacéutico es un agente de salud. Así, se busca asegurar la preeminencia del derecho a la salud por sobre cualquier ánimo de especulación y lucro.