En ambos casos actuó el fiscal Rubén Martínez, ambos en la ciudad de Reconquista.
Juan Oscar Chamorro, de 40 años, es el condenado por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por el parentesco y la convivencia. Fue en un procedimiento abreviado firmado este martes 27 de febrero de 2018 en los tribunales de Reconquista. Chamorro estuvo asistido por el defensor público José Luis Estévez y el juez que convalidó el acuerdo es Mauricio Martelossi.
Violaba a su hija biológica desde que tenía 12 años y la embarazó; fue allí cuando la adolescente contó su calvario.
La pena fue de 8 años de prisión de efectivo cumplimiento desde hoy, por lo que tras firmar su condena, Chamorro fue esposado y trasladado al encierro.
LOS HECHOS
El 18 de abril de 2016, el fiscal Martínez le había imputado a Juan Chamorro haber abusado sexualmente con acceso carnal de su hija de 12 años en reiteradas oportunidades con amenazas y aprovechando la situación de convivencia. Contó que incluso la dejó embarazada.
El 17 de abril de 2016, la menor relató que antes de la fiesta de navidad del año 2015, su padre ingresó en varias oportunidades a su dormitorio cuando su madre no se encontraba y abusó sexualmente de ella; tenían domicilio en ese entonces en Buenos Aires. Luego vinieron a vivir a Reconquista donde a partir de la denuncia policial puso fin a los abusos y hoy su padre ya comenzó a cumplir condena de prisión.
OTRO PADRE VIOLADOR
Reynaldo Ernesto «Cuca» Aguirre, de 40 años de edad, empleado municipal de la ciudad de Reconquista, fue condenado el lunes 26 de febrero de 2018 a la pena de 11 años de prisión por abusos sexuales reiterados con acceso carnal agravado, en concurso ideal con corrupción de menores agravado por ser la víctima su hija, quien padeció lo que definió como un «infierno», cuando tenía entre 13 y 16 años de edad. Hoy tiene 19 años y estuvo representada en la acción penal por el fiscal Rubén Martínez, sin necesidad de acudir a la figura de querellante.
Al ser «testigo único», para el fiscal fue clave la actitud de la víctima que se animó a enfrentar la tensión de ir personalmente ante el juez a contarle su padecimiento, por eso creyó oportuno esperar para la realización del juicio hasta que fue mayor de edad y así evitar la cámara gesell que -considera- no tiene el mismo impacto. Pasaron 3 años desde la denuncia. También estiró los plazos el hecho de que la joven fue madre.
Fuente y fotos: ReconquistaHOY