Dólar sin demanda, tiempos de recesión

Salvador Di Stefano Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo.

La suba de la tasa empalideció la inversión en acciones y bonos. El dólar esta adormecido ante la falta de la demanda de importación. Llegan dólares al país.

Para saber a cuanto estará el dólar, lo primero que hay que hacer, es mirar que sucede con la política fiscal. En Argentina, los gastos superan a los ingresos en $ 400.000 millones, y eso implica un déficit del 8% del PBI. En la anterior gestión, ese déficit se financiaba con emisión monetaria, lo que nos dejó de herencia un mar de pesos en el mercado, y una inflación de dos dígitos que erosiona la actividad económica, la competitividad de las empresas, y la capacidad de compra del salario.

El nuevo gobierno tiene dos objetivos inmediatos, el primero reducir el déficit fiscal, y el segundo financiarlo con deuda pública. A más largo plazo, tiene que hacer competitivo al país, e incrementar las exportaciones, para ese momento, un dólar de $ 13,90 no alcanza.

El déficit fiscal no se podrá reducir de un día para el otro. Es necesario aplicar medidas para hacer más eficiente el gasto público, bajarlo será poco probable, ya que se incorporaron gastos, que generaron derechos adquiridos por la población, y esos derechos no pueden eliminarse, ya sea jurídicamente, como también políticamente. Por el lado de los ingresos, la posibilidad de una moratoria, blanqueo y repatriación de capitales es posible que se lleve adelante en el bienio 2016/17, para que esto ocurra se necesita confianza, leyes y que el congreso se reúna después del mes de marzo de 2016.

El déficit fiscal, a corto plazo, se financiará con emisión monetaria, sin embargo, de cara a los próximos meses, se espera que una vez resuelto el conflicto con los fondos buitres, Argentina pueda colocar deuda en los mercados mundiales y de esta forma, resolver temporariamente el problema del déficit fiscal.

Al nuevo gobierno le llevara no menos de 3 años llegar a equilibrio presupuestario, y como mínimo 12 meses, sacar la enorme cantidad de pesos que abundan en el mercado. Esto implica, que vamos a convivir un año con altas tasas de inflación, lo que implicara una tasa de interés elevada, y una tasa de devaluación más alta que la inflación.

Aplicar un plan monetario, implica que sus resultados, en Argentina y el mundo se vean a mediano plazo. Será muy difícil el primer año de gobierno, eludir una inflación que se elevará a niveles del 40% anual. Esto implicará tasas que se ubicaran a priori en dichos niveles, y luego, con la desaceleración inflacionaria, se irá reduciendo.

La política cambiaria, deberá acompañar con devaluación la mayor inflación, de lo contrario el país perderá competitividad, y el esfuerzo realizado será prácticamente nulo. El precio del dólar a $ 13,90 es solo temporario.

El levantamiento del cepo
El gobierno elimino todas las restricciones para la compra de dólares, como también toda regulación en el mercado financiero. Los argentinos pueden comprar dólares libremente, también los bancos y mutuales pueden financiarse y cobrar las tasas que desean, ya no hay regulación de parte del Banco Central.

Esta nueva modalidad, ubicará al mercado en un nuevo punto de partida. Con más libertad, los precios se acomodaran en un nuevo escenario económico y financiero.

El dólar seguirá tranquilo en esta primera etapa, hay pocos pesos en manos de ahorristas para presionar su compra, y el gobierno sello algunos acuerdos para que ingresen fondos nuevos. Las exportadoras le adelantarían U$S 4.000 millones, harían liquido el swap Chino, podrían recibir U$S 6.000 millones de un consorcio de bancos, y hasta el tesoro americano podría arrimar dólares frescos. Esto implica un nuevo horizonte de reservas, que podría ubicarse por encima de los U$S 30.000 millones.

El problema surge con los pesos emitidos, la base monetaria ronda los $ 620.000 millones, este mes llevan emitido $ 80.000 millones y podrían emitirse otra suma igual, para terminar de cerrar las cuentas del año 2015.

Para que esos pesos no se dirijan al dólar, es necesario elevar los encajes de los bancos, subir la tasa de interés y secar la plaza. De esta forma, el dólar no se ira de cauce. Sin embargo, el remedio luce peor que la enfermedad. Medidas de este tipo pueden generar una dura desaceleración económica.

El gobierno eligió un tipo de cambio bajo para salir al ruedo, con un precio que no conforma a los productores del campo, y menos aún a los industriales. Con este tipo de cambio la importación se frota las manos. Aunque el gobierno jura que no abrirá indiscriminadamente la economía, la preocupación existe, Brasil está muy barato y la aduana es un colador.

Inversiones
Los mercados respondieron favorablemente, no hubo disparada del dólar. Sin embargo el Banco Central salió con un garrote muy fuerte, y la tasa de interés empalideció al mercado de capitales. Tanto acciones como bonos tuvieron una baja significativa en precios, y no se observa en el horizonte una recuperación en precios.

La crisis de Brasil, con un real que persiste en su devaluación, la suba de tasas en Estados Unidos, y la persistente caída en el mercado de materia primas, no dejan margen para una suba de acciones y bonos en el corto plazo.

Animo, llegan las fiestas, y la esperanza renace como siempre.

Salvador Di Stefano
Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo.