Frente a la intención del Gobierno provincial de generar un nuevo impuesto sobre los combustibles queremos manifestar nuestra preocupación por la insistencia en una medida que, no dudamos, ha de impactar negativamente sobre la viabilidad de los pequeños y medianos comercios, y por lo tanto, sobre toda la cadena productiva de nuestra provincia.
Como ya lo hiciéramos en ocasiones anteriores, volvemos a remarcar que el estado provincial cuenta ya con herramientas tributarias que se afectan específicamente al mantenimiento de rutas provinciales y estructuras viales de los municipios, sin entrar a considerar que una importante proporción de las rutas que recorren nuestra provincia se encuentran concesionadas, con el costo de peajes que esto acarrea.
Observamos que nuevamente las autoridades provinciales pretenden solucionar los problemas de financiamiento, producto de su propia actuación, apelando siempre al mismo método: aumentar la presión sobre los contribuyentes.
Creemos que es imperioso que el gobierno comprenda que deben instaurarse otras vías de ingresos al erario público provincial, basadas mucho más en el incentivo para aumentar la producción y, de esa manera, alcanzar una mayor recaudación por medio de la ampliación de la base tributaria y NO de la alícuota o de la creación directa de nuevos gravámenes.
Un impuesto como el proyectado aumentará los costos de producción y provocará disminución de la actividad en nuestra provincia. El efecto combinado y, por otra parte inevitable, del nuevo gravamen provocará pérdidas considerables y hasta el cierre definitivo de muchos de los pequeños comerciantes, sin mencionar las consecuencias negativas sobre la actividad industrial en nuestra provincia.
María Celeste Fernández A. Guillermo Yapur
Secretaria Presidente