Se recuerda las víctimas por Fiebre Amarilla

NACIONALES – El Ministerio de Salud provincial adhirió hoy al recordatorio de las tres primeras víctimas por fiebre amarilla. Cabe recordar que un 27 de enero de 1871 murieron en Buenos Aires las tres primeras víctimas de esa enfermedad. Como saldo, entre enero y junio de ese año fallecieron 14.000 personas, sumados a los que huyeron, la población del casco urbano se redujo de 190.000 a 60.000 habitantes.Asimismo, desde la cartera de Salud se resaltó la figura “del Dr. Eduardo Wilde, un héroe de esos días quien fue testigo y cronista de la peste y uno de los pocos que se atrevió a declarar que se trataba de la temible fiebre amarilla”.

FIEBRE AMARILLA

La fiebre amarilla o vómito negro (también llamada la plaga americana) es una enfermedad viral aguda e infecciosa causada por el virus de la fiebre amarilla, que pertenece a la familia de los Flaviviridae, y del género Flavivirus amaril.

Es una causa importante de enfermedad hemorrágica en muchos países de África y la zona norte de Sudamérica que origina miles de muertes cada año. La palabra amarillo del nombre se refiere a los signos de ictericia que afectan a algunos pacientes.

TRANSMISION

Esta enfermedad es transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti y otros mosquitos de los géneros Aedes, Haemagogus y Sabethes, que se encuentran generalmente a menos de 1.300 metros sobre el nivel del mar, pero Aedes han sido hallados ocasionalmente hasta los 2.200 metros sobre el nivel de mar en las zonas tropicales de América y África.

En la fiebre amarilla de transmisión urbana hay que recordar que Aedes aegypti abunda en zonas húmedas alrededor del agua estancada limpia, y sólo pica durante el día.

VACUNA

Para esta enfermedad existe una vacuna efectiva. Las personas que la contraen solo se les puede proporcionar tratamiento sintomático.

HISTORIA

La fiebre amarilla ha causado epidemias devastadoras en el pasado. Probablemente fue transmitida por primera vez a los humanos por otros primates en África oriental o central. De allí se propagó a África Occidental y en los siglos XVI o XVII saltó a América debido al tráfico de esclavos. Como la enfermedad era endémica en África, las poblaciones de ese continente habían desarrollado cierta inmunidad a ella y solo les provocaban síntomas similares a los de la gripe. Por el contrario, cuando la epidemia golpeaba a colonos europeos en África o en América la mayoría moría.

La primera epidemia confirmada de fiebre amarilla en América fue en el año 1647 en Barbados. En el Caribe esta enfermedad tuvo consecuencias geopolíticas importantes ya que diezmó muchos ejércitos enviados desde Europa. Así, gran parte del triunfo de la Revolución Haitiana del año 1802 se debió a que más de la mitad de las tropas francesas muriera a causa de la enfermedad.

También se produjeron epidemias en otras regiones, como Norteamérica —fue famosa la de Filadelfia en 1793 y en Europa, por ejemplo Barcelona en 1821. Casi siempre afectaban a zonas urbanas con alta densidad de población, debido al corto radio de acción del mosquito Aedes.

La transmisión de la fiebre amarilla fue un misterio para la ciencia durante siglos hasta que en 1881 el cubano Carlos Finlay descubrió el papel del mosquito Aedes. En 1901 la enfermedad fue erradicada de La Habana y en pocos años se volvió rara en el Caribe. Sin embargo, hoy día las poblaciones no-vacunadas en muchas naciones en desarrollo del África y Sudamérica continúan en gran riesgo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la fiebre amarilla afecta a miles de personas cada año y mata a muchas de ellas, en poblaciones no-vacunadas.