Éste 2 de abril se llevó a cabo el acto conmemorativo a los caídos en Malvinas, conmemorando el día del veterano de guerra en el complejo cultural Arno.
Hoy es un día de evocación y reflexión donde muchas cosas nos une a Malvinas; no es un capricho argentino sino un reclamo a la soberanía, es una historia de usurpación de arrebato pero sobre todo una herida abierta en el corazón de muchos argentinos, porque muchos murieron por defender ese suelo tan extraño y querido, para que flameara nuevamente allí, nuestra bandera y la mejor manera es recordándolos.
En primer lugar y luego del ingreso de las banderas de ceremonia, vino las estrofas del himno nacional argentino, para luego el Padre Rolando elevar una plegaria por todos aquellos compatriotas que ofrendaron su vida por nuestras tierra austral, por sus familiares y por nuestra querida patria.
Seguidamente vino las palabras de la presidente del Concejo municipal, Analía Bulacio:
«Un nuevo 2 de Abril nos convoca para homenajear y honrar la entrega de nuestros soldados y enfermeras en aquella Guerra de Malvinas».
“Pensar Malvinas” siempre nos interpela, buscamos redefinir el valor de la vida frente a las ambiciones desmedidas y a los intereses de distintos sectores, que en una puja de poder, definieron el destino de nuestros jóvenes soldados».
«La causa Malvinas nos une como pueblo, nos hace sentir bien argentinos, nos da identidad. Pero también nos exige defender la soberanía recorriendo todos los caminos posibles en el marco de la democracia; nos compromete a que juntos, revaloricemos el profundo sentido que tiene para nuestra sociedad: vivir en paz, rechazando la violencia en todas sus formas y promoviendo el diálogo y el consenso como únicos instrumentos para el entendimiento entre los pueblos».
«Quiero agredecer a nuestros ex combatientes y a sus familias, por abrir sus corazones y revivir aquellos días y los de posguerra… no menos difíciles unos que otros; inmortalizando sus historias en el documental NOSOTROS QUE VIVIMOS MALVINAS, dándonos ejemplo de su valentía y honor; llevándonos allí para poder comprender lo vivido; allí, dónde el frío, el hambre y la tragedia los volvió hermanos, y el amor por su bandera fue la llama que los mantuvo en pie… muchas gracias…»
