El Domingo de Ramos es un día sagrado en la tradición cristiana que marca el comienzo de la Semana Santa. Se celebra el domingo anterior al Domingo de Resurrección y conmemora la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén.
Según los Evangelios, Jesús entró en Jerusalén montado en un burro, y la multitud lo recibió con ramos de olivo y palmas, aclamándolo como el Mesías. Este evento es visto como un momento clave en la vida de Jesús, ya que marca el comienzo de su viaje hacia la crucifixión y resurrección.
Cada año, la elaboración de palmas para el Domingo de Ramos es una tradición que se lleva a cabo con dedicación y devoción. Las manos que las crean están guiadas por el amor y la fe, y cada palma es un testimonio de la perseverancia y la espiritualidad de quienes las hacen.
Las palmas son un símbolo de la fe y la espiritualidad de quienes las crean y las llevan en el Domingo de Ramos. Representan la victoria de la fe sobre la muerte y el pecado, y son un recordatorio de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
“Entonces, tomaron ramas de palmera y salieron a recibirlo, clamando: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!” – Juan 12:13
Con ramas de olivo y cánticos de alabanza, celebramos junto a nuestros fieles católicos la llegada de nuestro Salvador. Como parroquia deseamos que cada Domingo de Ramos marque el comienzo de una semana llena de reflexión y renovación espiritual.
Padre Rolando – ocampense