La propuesta del diputado provincial, Joaquín Blanco, busca que la planta sea una biorrefinería productora de “biojet”, biocombustibles de aviación que aerolíneas como United Airlines o Iberia ya están implementando. “Recuperar este lugar que hace seis años está abandonado es clave para impulsar desde lo local el desarrollo nacional”, expresó el presidente del bloque socialista.
Un proyecto de ley presentado en la Cámara de Diputados busca volver a poner en funcionamiento la Refinería San Lorenzo, que dejó de funcionar a fines de 2018. El objetivo es convertirla en una planta de “biojet”, el biocombustible para aviones de reacción que aerolíneas como United Airlines o Iberia ya están implementando. “Santa Fe es pionera y lidera la generación de biocombustibles a nivel nacional y ahora tenemos la posibilidad de abrir la industria a un nuevo mercado para promover el desarrollo local y generar empleos de calidad”, destacó el diputado provincial, Joaquín Blanco, autor de la iniciativa.
“Hace seis años que esta planta, que supo emplear a 12 mil trabajadores, está sin actividad y necesitamos volver a darle funcionamiento. Un parate tan extenso, además, genera un grave impacto ambiental para la zona”, contó el socialista.
La Refinería San Lorenzo tiene una larga historia en el Cordón Industrial. Fue fundada en 1938 por YPF, que tuvo su propiedad hasta 1993, cuando fue privatizada y vendida a Pérez Companc. Luego fue propiedad de la española Repsol y más tarde de la brasileña Petrobras. En 2002 pasó a manos de Oil Combustibles y, a fines de 2018, fue adquirida nuevamente por YPF en sociedad con Dapsa por 85 millones de dólares. La empresa petrolera estatal tiene la titularidad exclusiva de las instalaciones de la refinería y el puerto emplazado sobre la hidrovía Paraná-Paraguay; todo el complejo incluye la destilería, planta de despacho de combustible, parque de tanques, planta de asfalto y un puerto de gran envergadura.
“Santa Fe está ante una oportunidad única. La conversión a una biorrefinería de las características que se necesita, con la última tecnología, requiere de una inversión de 300 millones de dólares. Por eso, lo que buscamos con esta ley, es generar el marco normativo para atraer a inversores privados, tanto de capitales nacionales como internacionales. Este tipo de inversiones son de largo plazo y es por eso que necesitamos una ley que brinde seguridad jurídica, estabilidad y continuidad”, aseveró el autor del proyecto que acompaña todo el bloque de diputadas y diputados socialistas.
“La elección de este lugar es estratégico para nuestra provincia. Los argentinos hicimos un gran esfuerzo en la reestatización de YPF y es necesario que ponga a disposición del desarrollo de Santa Fe, y el país, este espacio abandonado. Queremos impulsar desde lo local el desarrollo nacional”, expresó.
Lo que se propone es que la planta se transforme en productora de Combustible de Aviación Sostenible (SAF, por sus siglas en inglés), conocidos también como “biojet”. Estos biocombustibles comenzaron a ganar mercado dentro de la industria aeronáutica y son considerados la única opción real para lograr reducciones significativas en las emisiones de gases de efecto invernadero que provoca la aviación, capaces de hacerlo entre un 50% y un 60%. Específicamente, el objetivo es generar Aceite Vegetal Hidrotratado (HVO, por sus siglas en inglés), un diésel renovable que se obtiene mediante un tratamiento con hidrógeno como catalizador y cuya materia prima es cualquier tipo de aceite vegetal, y residuos de origen vegetal y/o animal.
“El futuro de la aviación sostenible está en plena construcción y aquí reunimos todas las condiciones para liderar el proceso. Hay aerolíneas que ya están preparadas para operar con hasta un 50% de SAF. En Estados Unidos, por ejemplo, se están realizando importantes adaptaciones de grandes refinerías de petróleo para convertirlas en plantas de elaboración de SAF”, aseveró el autor del proyecto.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata, por sus siglas en inglés) tiene el objetivo de ser carbono neutrales para 2050. Actualmente, en el mundo se produce el 0,1% de estos biocombustibles del total de combustibles que utiliza la aviación. Esta producción es el triple de lo que se produjo en 2023 y un tercio de lo que se espera producir en 2025. Estados Unidos y la Unión Europea quieren exigir que los aviones utilicen un 2% de SAF, con lo que la demanda de combustibles renovables se disparará.
“Por eso este es un proyecto estratégico para Santa Fe ya que estas políticas promueven la inversión en infraestructura, generan empleo de calidad y apuntan al crecimiento económico local. Es una producción que tiene alta rentabilidad y mucho valor agregado, que apuesta al futuro, que tiene que ver con la transición energética, de sostenibilidad y sustentabilidad, y que hace mover a toda la cadena productiva. Además, nuestra provincia cuenta con un entorno geográfico favorable que facilita la instalación de proyectos de energía renovable gracias a las políticas públicas que se vienen llevando a cabo desde hace muchos años”, finalizó Blanco.