En línea con las políticas del Presidente Javier Milei, el gobernador santafesino Maximiliano Pullaro está ajustando distintas áreas del Estado, pero a diferencia del libertario, los recursos que obtiene piensa asignarlos a obras imprescindibles para la reactivación de la economía santafesina, como la obra pública, financiamiento para actividades productivas, desarrollo social, excelencia educativa y ahora créditos hipotecaros. En síntesis, Pullaro genera recursos con inevitables medidas mileístas, para aplicar una política keynesiana.
Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
Cuando Maximiliano Pullaro y Javier Milei se propusieron cambiar los paradigmas que rigieron los destinos de las gestiones estatales durante décadas, lo hicieron impregnados del realismo mas químicamente puro que se pueda imaginar, conscientes ambos de que estaban parados en el momento exacto de la historia que dejaba atrás un tiempo para inaugurar otro. Mas o menos como Menen con la Perestroika de Gorbachov. Solamente había que leer los signos de los tiempos. Y ambos lo hicieron, pero tal como explicitamos en la bajada de esta nota, uno y otro con su impronta.
Primero fue la docencia
Maximiliano Pullaro, por ejemplo, había visto como Omar Perotti fracasó con la docencia porque los embistió de lleno sin preparar antes el terreno social. No bastaba con presumir que la gente siempre pensó que “los maestros son unos vagos”, eso era injustamente insultante. Debía plasmarlo en cifras, un adecuado planteo comunicacional y separar a los “vagos” de los realmente comprometidos con su vocación.
Fue así como al mes de asumir difundió el porcentaje de ausentismo (que nunca se supo bien si era del 37%, 35%, 32.5%, pero bastaba para sensibilizar a una población asfixiada económicamente, hasta que tardíamente SADOP sobre datos oficiales concluyó que era el 13%) como consecuencia de una extravagante cantidad de horas destinadas a cuidar a parientes (suegros, hermanos, tíos) e irregularidades – rayanas en la ilegalidad- cometidas por médicos que prolongaron licencias y otorgando otras de manera dudosa.
Había que ponerle cifras a ese descontrol: unos 100 mil millones de pesos al año. Inapelable. La sociedad pedía que “se haga algo”. Y se hizo: el Asistencia Perfecta.
“Presentismo encubierto” pusieron el grito en el cielo los gremios. Puede que filosóficamente sea así, pero después de tanta catarata de datos, la “batalla cultural” para el sindicalismo estaba perdida.
El gobierno asegura que no premia a las maestras que van a dar clases (cuando debería ser su obligación) sino que favorece la “calidad educativa” con los niños siendo asistidos por su maestra y no por tres reemplazantes. Los números acreditan el acierto de la medida: el ausentismo bajó asombrosamente. Y con ese dinero de reemplazos se pagará el “bono por asistencia” (sobresueldo no remunerativo) que llegó para quedarse hasta el 2027.
Ahora viene la Caja de Jubilaciones
Un caso similar sucede con la Caja de Jubilaciones y Pensiones de la Provincia; en el año 2015 el senador – por entonces del bloque peronista – Raúl Gramajo advirtió sobre el déficit que se veía venir si no se hacía algo al respecto, ingresó un proyecto que durmió el sueño de los justo en el cajón de la indiferente generosidad estatal, en parte sostenido porque Nación cumplía en pagar el déficit, que desde el 2020 comenzó a hacerse sin actualizaciones hasta que Javier Milei directamente cortó toda transferencia.
Advertido de ello, una vez más Maximiliano Pullaro abonó el terreno social para acometer con lo que se debía haber hecho hace casi una década atrás: tomar el toro por las astas. Primero diseminó mediáticamente –como con la docencia – el déficit mensual de la Caja que los santafesinos deben cubrir con sus impuestos: 23 mil millones de pesos por mes (mas también). 400 mil en todo el año, y un acumulado hasta la fecha superior a todo el 2023.
Para rematar, como con la docencia, el Gobernador apeló a la sensibilidad monetaria ciudadana: “un kiosquero de Rafaela (que podría ser de cualquier localidad de la Provincia) no tiene porqué pagarle la jubilación a un empleado público” atizó, alimentado con los ilustrativos ejemplos del caso: “con esa plata se podrían comprar 940 patrulleros, pavimentar 40 Km de rutas o construir 8 escuelas”.
Conclusión: una encuesta que circula en la Casa Gris refleja que el 60% de la ciudadanía quiere que se termine con el déficit de la Caja de Jubilaciones y Pensiones, seguramente “a como dé lugar”, derribando de cuajo el extremo discurso gremial “la Caja no se toca”.
También ASSA y EPE
Paralelamente el Diputado radical Dionisio Scarpín ya hizo un “approach” discursivo en el recinto cuando se sancionó la emergencia para Aguas Santafesinas Sociedad Anónima, para concientizar de que allí también habrá que “meter mano”, conjuntamente con la EPE, aunque en esta última empresa dicen que el ordenamiento sería menos severo.
El achique estructural en lo que fue el Ministerio de Género, el traspaso de presupuesto publicitario de Lotería hacia Desarrollo Social, sumado a los decretos de revisión de nombramientos en planta permanente realizados por la anterior gestión, son acciones que van en el mismo sentido de lo apuntado en el inicio de esta columna: ajustar el Estado para optimizar los escasos recursos que, como consecuencia de la crisis y la motosierra nacional, ya no llegarán. Las transferencias a Santa Fe desde nación cayeron 12% en el semestre, y en junio el retroceso se acentuó a 24,4%.
Liberalismo para financiar keynesianismo
Con el fruto de estos ahorros – y los que vendrán – Pullaro hace un virtuoso keynesianismo: subsidió préstamos de tasas en Agroactiva (en Banco de santa Fe, Nación, Municipal de Rosario) para la compra de maquinaria agrícola por más de 20.000 millones de pesos, y en lo que va de la gestión el gobierno asumió subsidios de tasa a empresas que le costarán unos 10.000 millones de pesos del presupuesto; mientras acaba de destinar 8 mil millones de pesos para que el Banco Municipal de Rosario pueda emitir créditos hipotecarios por 60 mil millones de pesos con una tasa preferencial.
Además de financiar con recursos propios la obra pública y atender las ilimitadas necesidades de Desarrollo Social.
Citando entonces al abogado y empresario de la economía del conocimiento Miguel Peralta: “cómo lo demuestra claramente la sanción de la ley Bases, el presidente Milei domina plenamente el panorama político nacional y en consecuencia impone las reglas de juego a su antojo (de no ser así, resultaría inexplicable que legisladores provenientes de partidos con ideas económicas heterodoxas, hayan votado ese paquete de medidas ultra ortodoxas).
La mayoría de nuestra sociedad, como lo indican las encuestas, entiende que debemos transitar un valle de lágrimas para llegar a la tierra prometida y en ese tránsito se enmarca un brutal ajuste para las provincias”