El 21 de junio se da el solsticio de invierno tanto en Argentina como en todo el hemisferio sur del planeta. Se trata de un fenómeno astronómico que marca el inicio de la estación más fría del año.
Este día, además, se conoce por tener «la noche más larga», y el «día más corto», especialmente en las regiones más cercanas al polo sur, debajo del Circulo Polar Antártico (Latitud 66°33’46″S), ya que el sol alcanzará el punto más bajo de todo el año.
Los solsticios ocurren en dos momentos cada año y suceden cuando el eje terrestre está más inclinado hacia el Sol.
Los solsticios y equinoccios son fenómenos astronómicos que se producen dos veces al año, que marcan el comienzo del verano y del invierno, mientras que los equinoccios indican la llegada de la primavera y del otoño.
Del mismo modo, durante el solsticio de invierno del hemisferio norte -que ocurre en torno al 22 de diciembre-, el hemisferio sur pasa por el solsticio de verano.
¿Cuál es la diferencia entre solsticio y equinoccio?
Los solsticios y equinoccios son fenómenos astronómicos que se producen dos veces al año.
Los solsticios marcan el comienzo del verano y del invierno, mientras que los equinoccios indican la llegada de la primavera y del otoño.
Los equinoccios, del latín aequinoctium (aequus nocte – «noche igual»), son los momentos del año en los que el Sol está situado en el plano del ecuador celeste.
Ese día y para un observador en el ecuador terrestre, el Sol alcanza el cenit (el punto más alto en el cielo con relación al observador, que se encuentra justo sobre su cabeza, vale decir, a 90°) y el paralelo de declinación del Sol y el ecuador celeste entonces coinciden.
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