Las perspectivas de inflación y el dólar

Todo parece indicar que vamos a seguir teniendo inflación en dólares, hay que evaluar las mejores alternativas de inversión en un escenario de cambio.

Informes de Salvador Di Stefano

El Relevamiento de Expectativa de Mercado (REM) del Banco Central nos indican que para el mes de diciembre del año 2024 la inflación esperada sería del 210,2%, mientras que la tasa de devaluación se ubicaría en el 91,3%, con un dólar mayorista que cotizaría en $ 1.611. Esto nos dejaría como resultado una inflación en dólares del 62,2% anual. Esto nos hace sumamente atractivo tomar financiamiento en dólares a tasas de un dígito, y no tomar financiamiento a tasas en pesos nominales del 140% anual, que se transforman en tasas efectivas del 275,9% anual.

Con datos al mes de febrero del año 2025 el REM muestra una caída dramática de la tasa de inflación, ya que para dicho mes la proyectada es del 146,9% anual, mientras que la tasa de devaluación se ubicaría en el 114,4% anual, esto nos dejaría como resultado una tasa de inflación en dólares del 15,2% anual, una caída significativa que debería descender a un dígito en el transcurso del año 2025.

Las tasas activas en el mercado están carísimas, por ejemplo, un crédito que te ofrecen a una tasa del 120% anual, implica una tasa efectiva del 213,8% anual, que es carísimo frente a una inflación que a 12 meses rondaría el 146,9% anual.

Con estos guarismos en la mano, vemos que la tasa implícita que está descontando el mercado de dólar futuro Matba Rofex es del 89,6% anual, frente a una tasa de plazo fijo que se ubica en el 110% anual, y una tasa de política monetaria del 100% anual.

Conclusiones

. – La tasa de interés de mercado esta carísima comparada con las proyecciones de inflación a un año, como mínimo debería bajar la tasa de plazo fijo del 110% anual, a niveles del 90% anual, esto nos daría una tasa efectiva del 138,2% anual, que sería negativa frente a una inflación del 146,9% anual.

. – Una tasa de plazo fijo en el 90% anual, podría permitirles a los bancos otorgar financiamiento a tasas en pesos más bajas, dinamizar la actividad económica, y por otro lado alentar a que los agentes económicos demanden algo de dólares, empujando a la suba el precio.

. – Si el dólar sigue bajando en la plaza, los exportadores no realizaran ventas al exterior, por ende, no ingresaran dólares a las arcas del banco Central y esto podría precipitar una crisis.

. – Las reservas al 4 de marzo se ubican en U$S 27.641 millones, los pasivos monetarios totales en $ 46,4 billones, esto implica que tenemos un dólar de equilibrio de $ 1.680. Para convalidar el dólar actual de $ 1.000 necesitamos reservas por U$S 46.400 millones, esto implicaría que las reservas suban en U$S 19.000 millones, o bien que los pasivos monetarios desciendan en $ 18,8 billones. El Banco Central no está en condiciones de conseguir ambos objetivos en el corto plazo.

. – Esta baja del dólar a los niveles de 3 dígitos hace que el dólar luzca muy atractivo, pero si argentina sigue mostrando superávit fiscal en las cuentas públicas, y no emite dinero, comprar dólares no luce atractivo, más bien siguen siendo atractivos los instrumentos en pesos que ajustan por inflación. Si bien los bonos que ajustan por inflación tienen tasas de retornos negativas, estas están en niveles muy bajos que te siguen haciendo ganador en términos de dólares.

. – En cambio, si el gobierno en los meses siguientes no logra superávit fiscal, tiene déficit y emite dinero, el dólar a menos de $ 1.000 tiene un precio de ganga.

. – Todo depende desde donde mires el escenario económico, si crees que el gobierno tendrá éxito en la lucha contra el déficit fiscal y la emisión monetaria hay que invertir en pesos ajustados por inflación, si crees que el gobierno tendrá una derrota en la lucha contra el déficit el dólar está a precio de ganga.

. – Desde nuestro punto de vista, el gobierno no se saldrá de su libreto y seguirá luchando por lograr superávit fiscal, por ende, los bonos en pesos ajustados por inflación son una muy buena opción. Pero como nadie es dueño de la verdad, y como dice Karina Olga, la inversión que realices “la dejo a tu criterio”.