La decisión de Omar Perotti de “juntar” las elecciones provinciales con las nacionales – para no tener que convivir seis meses con un mandatario electo de otro signo político, si así se diera – está provocando una enmarañada nacionalización de las campañas, que agrega una cuota extra de ingenio a los estrategas comunicacionales para diferenciar las propuestas provinciales de las consignas nacionales; sobremanera cuando la población está colonizada por los medios de comunicación porteños.
Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
Sobre fines del año pasado cuando se sospechaba que no pensaba imitar el cronograma electoral de sus antecesores Lifschitz y Bonfatti, el gobernador Omar Perotti nos fundamentó que de todos modos la nacionalización de la campaña sería inevitable a partir del 1º de enero; hecho que conceptualmente es así, pero en la práctica se evidencia que atrasar las elecciones provinciales mezclándolas con las nacionales no hizo más que exacerbar nocivamente la nacionalización de las campañas electorales.
Si Perotti hubiera dejado las elecciones en abril y junio como sus antecesores, hoy estaríamos con listas legislativas y ejecutivas provinciales ordenadas por las PASO de abril rumbo a las generales de junio, con cierta independencia de armados nacionales que aún no se hubieran dado.
En cambio, se está caminando rumbo a las PASO locales del 16 de julio con cierre de listas nacionales (24 de junio) por el camino. Ni hablar del tránsito hacia las generales provinciales (10 de setiembre) con las PASO nacionales en el medio (13 de agosto).
De esta manera, mientras discuten estrategias de campaña locales, los dirigentes están pensando en el armado de las listas del 24 de junio para renovar diez bancas de diputados nacionales por Santa Fe (2 PRO, 2 UCR, 4 PJ, 1 CC, 1 PS).
Trabajando acá con la mirada allá
Para el peronismo las cosas se ponen difusas. En la pecera “peronista K” (ahora que no está Mirabella que buscaba, nunca se sabrá con qué suerte, diferenciarse), tirarán sus líneas Marcos Cleri, Leandro Busatto y Eduardo Toniolli, mientras que seguramente Marcelo Lewandowski, a pedido de Perotti, deberá dejar de mirar con cariño al kirchnerismo y centrarse en la provincialización de su campaña, si quiere conquistar el voto “peronista moderado” e independiente.
Marcos Cleri asegura ser el “candidato de Cristina” (con quien comparte foto en su cartelería), mientras sus allegados tildan a la fórmula de la Casa Gris (Lewandowski-Frana) como “albertista”. “Quico” Busatto abreva en Agustín “Chivo” Rossi (La Corriente) quien este lunes lanzará su precandidatura a Presidente con el aval, se presume, del Presidente Fernández. A todo esto Eduardo Toniolli del Evita podría decirse que también respondería por pertenencia nacional a Balcarse 50.
Con estas muestras de sangre de los cuatro precandidatos a gobernador con grupo y factor “K” ó “filo K”, es como el peronismo santafesino acudirá a las urnas para dirimir quién sucederá a Omar Perotti.
En este des-orden de cosas, en Unidos Patricia Bulltricha acaba de ratificar lo evidente: su respaldo a la fórmula Losada – Angelini, toda vez que el contrincante interno (de Bullrich) Horacio Rodríguez Larreta ya se inclinó por el binomio Pullaro – Scaglia; mientras que el socialismo de Fein (y García como diputada) conforme lo visto, tendería a encolumnarse detrás de Juan Schiaretti y su renovada versión del peronismo federal.
Evidentemente las referencias nacionales en Unidos son resbaladizas. Los radicales Pullaro y Losada tienen de compañeros de fórmula a dos integrantes del PRO, con cuyos liderazgos nacionales (Bullrich – Larreta) buscan identificarse. De tal manera: ¿cómo hará la UCR santafesina para designar a los candidatos radicales para reemplazar a Ximena García y Juan Martín, y que se supone deberían acompañar al precandidato a Presidente Gerardo Morales, cuando todo el Partido sostiene a candidatos nacionales del PRO?.
El PRO tiene dos bancas de diputados nacionales “patricistas” para reemplazar este año (Federico Angelini y José Nuñez). Se presupone entonces que habrá PASO dentro de este espacio que, a diferencia del 2019, ahora adscriben a dos precandidatos nacionales: Bullrich y Larreta a quienes, como decíamos, también acompasan los radicales.
¿La solución sería entonces que la UCR cuele a sus precandidatos en las dos listas en pugna dentro del PRO, y decida ignorar por completo a Gerardo Morales?.
Sin contar que en la versión electoral XXL 2023 de Juntos por el Cambio, amagan con participar presidencialmente Elisa Carrió y Miguel A. Pichetto que, si no llegan a sendos acuerdos para intercalar sus candidatos locales en las listas de Bullrich y Larreta, irán con grillas propias: ¿Cora Reutemann en el caso de Pichetto y Sebastián Julierac por Carrió?.
Además de Javier Milei que por precaución no llevó pretendientes provinciales, pero necesariamente lo hará con diputados nacionales, encabezada por su armadora provincial Romina Diez.
Y la indeseable candidata distópica: la inflación.
Aclaración de lectores:
José Luis Espert precandidato a Presidente y Gonzalo Mansilla De Souza, primer diputado nacional por Sta Fe.
La otra: 10 de junio, Schiaretti visita Rosario y se reúne con María Eugenia Bielsa..