La inflación toma una dinámica muy alcista, el gobierno ante una prueba de fuego con la tasa de interés, la dolarización de las carteras empuja al dólar a nuevos máximos.
La inflación fue del 7,7% mensual, si se repitiera esta tasa los próximos 12 meses tendríamos una inflación del 143,6% anual.
La inflación trimestral fue del 21,7%, si la proyectamos a 12 meses tendríamos una inflación del 119,4% anual.
La inflación de los últimos 12 meses fue del 104,3% anual.
Aquí tenemos el pasado y la proyección al futuro, pero todo podría ser más traumático, si tenemos en cuenta que tenemos por delante un cambio de gobierno. Si la inflación se repitiera a un ritmo del 7,7% mensual hasta noviembre, y el próximo gobierno ajustara el tipo de cambio un 50% en diciembre, un 20% en enero y a partir de allí devaluara a un ritmo del 5,0% mensual, lo que tendríamos en un año sería una devaluación del 196,0%. Si bien es futurología, no deja de preocupar.
La inflación no se detiene, el mercado está ajustando a un ritmo semanal. En el mercado se nota un alargamiento de los plazos de pago, el que gana 10 días en un pago se queda con el 2,56% de la rentabilidad del otro por el efecto inflacionario. Esto hizo que muchas empresas comenzarán a cargar en el costo de los productos el alargamiento en los plazos de pago.
Cuando se aumentan los productos, generalmente bajan las ventas, eso implica que las empresas no llegan a cubrir los gastos de estructura y necesitan más incrementos para poder financiarlos.
Cuando parece que no se tocaran más los precios, los costos de los insumos crecen y hay que reformular el precio final del producto, los mismo sucede cuando aumentan los salarios, en resumen, cada 7 días por distintas razones los precios aumentan, y en esa dinámica la inflación se espiralizar.
Probablemente, alguien con mucha razón podría decir que el precio lo pone el mercado, y es absolutamente cierto, lo que podríamos añadir es, si el mercado no tolera dicho nivel de precios, es muy probable que las empresas tengan que bajar precios o no tengan ventas, con lo cual van a incurrir en perdidas, y esto no se lleve a un problema en la cadena de pagos.
Al mes de febrero del año 2023 tomando los últimos 12 meses la cantidad de cheques rechazados se incrementó el 264% y el monto de los cheques creció un 604%. La cantidad de cheques rechazados sin fondos sufrientes disponibles aumento un 37% en cantidades y 164,0% en el monto de los cheques, también para el periodo del último año.
Vamos directo a un escenario de recinflación, que sería recesión con inflación. La estanflación, que es estancamiento con inflación quedo en el pasado.
Con estas nuevas perspectivas de inflación, el Banco Central debería aumentar la tasa de interés que hoy se ubica en el 78,0% anual, y en la medida que demore el aumento, los inversores comenzaran a migrar de la tenencia en pesos a dolarizar carteras, dado que el plazo fijo apenas rinde el 6,5% mensual, contra una inflación del 7,7% mensual. El que ahorra en pesos pierde.
Los instrumentos como letras de tesorería o bonos en pesos ajustados por inflación toman poco son un buen resguardo de valor, ya que el próximo gobierno podría proceder a una reestructuración de pagos o reperfilamiento de vencimientos.
En este contexto, solo queda por delante ver si el Banco Central eleva la tasa de política monetaria, o prefiere que los inversores tomen rumbo al dólar. Instrumentos como los bonos soberanos hard dólar u obligaciones negociables podrían ser muy demandados por el mercado.
Los bonos dólar linked o duales, que se colocan en pesos y se ajustan por dólar mayorista en el caso del dólar linked, o por dólar mayorista o inflación cual fuera el mayor en el caso de los duales, también son sospechados de probable reperfilamiento. En la medida que los partidos de la oposición no garanticen el pago, la migración de pesos a dólares se va a acelerar en el mercado.
El Banco Central esta interviniendo en el mercado en busca de refuerzos, las reservas al día viernes 14 de abril suman U$S 36.926 millones. el dólar soja 3 no logra la magnitud que el gobierno esperaba. El dólar soja uno logro atraer U$S 7.580 millones, el dólar soja dos U$S 3.036 millones, y en 5 días de vigencia el dólar soja tres la recaudación fue de U$S 815,4 millones, creciendo a un ritmo menor que los programas anteriores en comparación con las primeras cinco ruedas de vigencia.
Desde nuestra perspectiva el productor no desea vender soja en este programa, porque cree que es un precio muy bajo, hace un año atrás vendía la soja a $ 51.000 la tonelada, hoy con toda la fuerza del mercado los exportadores ofrecen menos de $ 100.000 la tonelada. Hay poca mercadería y precio escaso, dos grandes razones para que no sea exitoso el dólar soja tres.
Conclusiones
En la medida que la inflación se siga espiralizando, es imposible que sigan reprimiendo las cotizaciones del dólar MEP y CCL que están en torno delos $ 400, y hoy deberían estar cotizando en torno de los $ 460. Tomar caución en pesos al 70% anual, para comprar instrumentos dolarizados podría ser un buen negocio.
Si el gobierno no detiene la inflación, y no sube la tasa de interés de plazo fijo, habrá una migración de inversiones en pesos a dólares que no podrá detener.
Las perspectivas negativas en el plano electoral, empujan a los inversores a dolarizarse y esperar las elecciones PASO del 13 de agosto sentados sobre moneda dura.
En este contexto, la cotización de los dólares alternativos no tiene techo, el domingo tendremos las primeras elecciones provinciales, las encuestas nos comienzan a marcar un cambio de gobierno sin un ganador definido.
El gobierno que se va tendrá alta inflación porque comete mala praxis en materia económica. El gobierno que viene tendrá alta inflación porque tiene que corregir los errores del que se va. En resumen, todos los caminos nos conducen a estar endeudados en pesos, tener bienes, y sobran billetes que sean dólares y no pesos. En este contexto el precio del dólar es una ganga.