Más de 110 mil hectáreas desmontadas sólo en cuatro provincias durante 2022 y más de 200 mil si se incluyen los incendios forestales, son los alarmantes números de la destrucción de los bosques del Gran Chaco Argentino, de acuerdo al informe anual de Greenpeace basado en su monitoreo satelital y en datos oficiales, que no dan motivos para celebrar este día.
Como cada año, desde 2012 por disposición de las Naciones Unidas, el 21 de marzo se celebra el Día Internacional de los Bosques, para destacar la importancia de estos ecosistemas para el bienestar de nuestro planeta.
“Estamos ante una emergencia climática y de biodiversidad. Más deforestación significa más cambio climático, más inundaciones, más desertificación, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas, más desaparición de especies en peligro de extinción y más enfermedades.”, sostuvo Hernán Giardini, coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace. “Frente a esta situación, reclamamos que urgentemente se prohíban y penalicen tanto los desmontes como los incendios forestales”
El 80 por ciento de la deforestación de nuestro país se concentra en las provincias de Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa, parte del Gran Chaco Americano, segundo bioma forestal más extenso del continente después del Amazonas y que comparten Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay, territorio de varios pueblos originarios y una de las áreas más ricas en biodiversidad del mundo, con 3.400 especies de plantas, 500 aves, 150 mamíferos, 120 reptiles y 100 anfibios.
Actualmente en Argentina más de la mitad de los desmontes son ilegales.
“Es evidente que las multas no son suficientes para desalentar desmontes ilegales e incendios forestales; y los responsables rara vez son obligados a reforestar. En muchos casos es clara la complicidad de funcionarios. Ya es hora de terminar con la impunidad y penalizar con cárcel la destrucción de los bosques.”
Los bosques prestan servicios ecosistémicos, como la regulación meteorológica y climática a nivel local, regional y mundial. Los cambios producidos en la cubierta terrestre (por ejemplo, el desmonte para agricultura o ganadería) afectan el intercambio de humedad y calor entre el suelo, la vegetación y la atmósfera, lo que altera los ciclos naturales y modifica la circulación atmosférica. Ello se traduce en el aumento de las temperaturas locales y regionales de la superficie y también en la disminución de las precipitaciones.
En ese sentido la protección de los bosques resulta fundamental: hoy cubren alrededor del 30% de la superficie terrestre, pero están siendo destruidos a una velocidad alarmante, sobre todo en las zonas tropicales y subtropicales de Sudamérica, en el centro del África occidental, y en el sur y el sudeste asiático. Cada año desaparecen cerca de 10 millones de hectáreas.
En el caso de nuestro país, entre 1998 y 2022 la pérdida de bosques nativos fue de 7 millones de hectáreas, una superficie similar a la de la provincia de Formosa. Esto ubica a la Argentina entre los países con más deforestación del mundo.
Recientemente, Greenpeace publicó una encuesta de opinión realizada a finales de 2022 que muestra las percepción de la ciudadanía sobre el cambio climático. La encuesta se realizó con residentes del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), mayores de 18 años. Respecto de las causas del cambio climático, la primera opción mencionada por los encuestados fue la deforestación o tala (77%).
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