La política monetaria y cambiaria actual es la misma que tuvo Martín Guzmán. Sergio Pesce sigue el libreto de la intervención, el ministro acorralado por las restricciones políticas.
Octubre es un mes clave, el viernes termina el dólar soja a $ 200, los exportadores no esperarán al último día para cerrar operaciones, es una operación compleja y requiere logística, administración y orden, por lo tanto, los dólares del campo comenzarán a mermar desde la semana próxima. Mientras el campo recibió como beneficio un dólar especial para exportar, los tenedores de soja que tenga en stock más del 5% de lo cosechado, tendrán una penalización financiera, los bancos le otorgarán créditos a una tasa fija del 90% anual, esto implica una tasa efectiva del 138,2% anual. Con esta tasa el negocio es inviable, gracias Miguel Ángel Pesce.
Por otro lado, los que vendieron soja al dólar de $ 200 no podrán comprar dólar MEP o bolsa. Esta medida se tomó a mitad de camino, alguien vendió sin conocer esta resolución, ahora está recalculando. Solo están exceptuadas las personas humanas, mientras que las personas jurídicas están expuestas. En resumen, el Ministerio de Economía tomó una medida económica para amigarse con el campo, mientras que el Banco Central dinamitó esa amistad.
La proximidad del mundial obliga al ministerio de economía a tomar decisiones, consigue los dólares para financiar los viajes de los argentinos a ver el mundial, o interviene en el mercado. La respuesta a este interrogante es sencilla, va a intervenir. Llevamos, en los últimos 12 meses, un saldo negativo de U$S 4.300 millones en la balanza de turismo, este podría crecer a más de U$S 7.000 millones si no se toman medidas. La intervención podría venir por limitar la cantidad de dólares a gastar fuera de Argentina, qué le hace una raya más al tigre.
A partir del mes de diciembre, las empresas que postergaron los pagos de importaciones por 180 días, tendrán que proceder a pagar a sus proveedores, veremos si el Banco Central tendrá la liquidez para afrontar esas obligaciones. Si no hay dólares tendremos que enfrentar un default comercial, o habrá que enfrentar pagos a dólar contado con liquidación, esto derivaría en un fuerte aumento de la inflación, más algunos quebrantos.
Conclusiones
.-Las internas en el gobierno han debilitado a Sergio Massa, no logró imponer un plan económico y el Banco Central tomó la iniciativa de intervenir los mercados, esto espanta inversiones y la llegada de dólares frescos al país.
.-Hay un blanqueo inmobiliario en marcha, tendrá adherentes, pero no lograría multitudes. El gobierno trabaja en un régimen de blanqueo más flexible que se adapte a las compras de casas usadas, también está trabajando en un blanqueo para importadores. Si la solución del país hubiese sido un blanqueo, Mauricio Macri seguiría siendo presidente, pero, ya quedó demostrado, que no da tantos resultados.
.-La política monetaria y cambiaria sigue siendo la misma con Sergio Massa que con Martín Guzmán, la diferencia es que con Guzmán la tasa de interés corría de atrás a la inflación, colocándose a 10 cuadras, ahora con Sergio Massa la tasa de interés sigue a la inflación de atrás, pero a una cuadra. Los resultados hasta ahora son los mismos, la inflación no se detiene y los dólares alternativos siguen trepando a la suba.
.-El dólar soja dejó como saldo un aumento en las reservas cercano a los U$S 2.500 millones, sin embargo, también subieron los pasivos monetarios del Banco Central, a fines de agosto rondaban los $ 11,0 billones y ahora estamos superando los $ 12 billones. De este total $ 8 billones son pasivos remunerados a una tasa del 75% anual, que, si la medimos efectiva, nos da una tasa del 107,0% anual. A este ritmo dentro de un año los pasivos monetarios podrían ubicarse por encima de los $ 24 billones, no vemos que las reservas puedan subir a igual ritmo. Si las reservas, a un año vista, se ubicaran en U$S 40.000 millones, el dólar de convertibilidad se ubicaría en $ 600,0, un 100% por encima del valor actual. Esto va en línea con una inflación proyectada en torno del 100% para los próximos 12 meses.
.-No vemos en el escenario inmediato reformas estructurales, el déficit sigue estando presente, las medidas populistas no han sido desterradas y, si bien el mercado sigue confiando en el ministro Sergio Massa, no hay muchas razones para pensar en un cambio estructural en el horizonte inmediato. Si siguen haciendo lo mismo que en el pasado, los resultados no serán distintos. Ánimo, hay que convivir con una inflación del 100%, dólares alternativos a $ 600 a un año vista y un dólar mayorista que, en algún momento de los próximos 180 días, debería ajustar a un ritmo más alto que el actual.