Las proyecciones fallaron. Todos los pronósticos apuntaban a una inflación mensual en agosto equivalente al 6,0%, lo que anualizada hubiera sido 76,9%. Sin embargo, el INDEC sorprendió con el dato oficial. Finalmente, el IPC nivel general, para el octavo mes del año, resultó 7,0%, acumuló en lo que va del año 56,4% y en 12 meses 78,5%.
A meses de declarada la guerra contra la inflación, venimos perdiendo por goleada. No solo que el gobierno no logró llevar adelante un plan que permita bajar la inflación, sino que, en sus discursos, sigue responsabilizando en mayor medida a la situación mundial y al contexto internacional.
Argentina integra el TOP 5 del ranking mundial de países con mayor inflación mensual en el mes de agosto. Venezuela encabeza el listado, con una inflación mensual de 17,3%, seguido por Zimbabwe 12,4%, Sudán 11,0%, Líbano 7,4% y Argentina 7,0%. Este grupo de países muestran niveles mensuales de inflación que otras economías ni siquiera llegan a alcanzar en 1 año. Estados Unidos, por ejemplo, en su última medición, informó que la variación anual de precios en agosto había sido 8,3%, inferior al 8,5% del mes anterior, pero superior a las estimaciones que esperaban 8,1%. De todas formas, no dejan de ser valores altos de inflación para una economía acostumbrada a convivir con niveles de variación de precios en torno al 2,0% anual.
Más allá de lo que informe el índice general en Argentina, resulta relevante analizar qué sucede al interior del IPC. En primer lugar, los rubros que más crecieron fueron Prendas de vestir y calzado (+9,9%) y Equipamiento para el hogar (+8,4%). Alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron 7,1%, siendo a su vez el rubro de mayor incidencia en todas las regiones del país.
Estos datos validan las estimaciones de una inflación anual rumbo al 100,0% para fin de año. Estacionalmente los últimos meses del año son los más complejos en materia económica, por lo que, lejos de descender, seguirá aumentando. Sin embargo, no hace falta esperar hasta diciembre para ver una inflación de 3 dígitos. La división Prendas de vestir y calzado superó el 100,0% comparado contra agosto del año pasado, el dato oficial fue 109,0%. Restaurantes y hoteles no se quedó atrás, si bien no cruzó la barrera de las 3 cifras, se le acercó bastante. Dicho rubro acumuló una inflación en 12 meses de 97,5%.
Por otro lado, respecto a las categorías que conforman el nivel general, los estacionales, es decir aquellos bienes y servicios cuyos precios presentan un fuerte componente estacional, lideraron los aumentos, con una inflación mensual de 8,7%, explicada, en parte, por las mencionadas subas en Prendas de vestir y calzado y en Frutas y Verduras.
El rubro de los estacionales acumula una inflación anualizada del 111,5%. En el podio, siguió el IPC Núcleo (6,8%) y los Regulados (6,3%), es decir, aquellos bienes y servicios que cuentan con algún tipo de regulación por parte del Estado. Dentro de la inflación núcleo se encuentran todos aquellos bienes y servicios que no son ni estacionales ni regulados.
Desde hace varios meses el Banco Central República Argentina viene corriendo de atrás a la inflación. Si bien la viene aumentando en pos de incentivar las inversiones en pesos y desalentar la compra de dólares, anuncia los incrementos después de que el INDEC informa el dato oficial de inflación. Y esta vez no fue la excepción.
A media tarde el INDEC publicó que la inflación anual fue de 78,5% y, horas más tarde, el BCRA anunció la decisión tomada por el Directorio del Banco de elevar en 550 puntos básicos la tasa de política monetaria.
De esta forma, la tasa de interés nominal anual de las Letras de Liquidez (Leliq) a 28 días pasó de 69,5% a 75%.
Simultáneamente, el BCRA elevó los límites mínimos de las tasas de interés sobre los plazos fijos de personas humanas, estableciendo el nuevo piso en 75% anual para las imposiciones a 30 días hasta 10 millones de pesos. Para el resto de los depósitos a plazo fijo del sector privado la tasa mínima garantizada se establece en 66,5%.
Uno de los pedidos del Fondo Monetario Internacional fue que las tasas de interés fueran positivas contra la inflación. A simple vista eso todavía no sucede en Argentina. Decimos a simple vista porque la tasa que se informa es la nominal, la que queda por debajo de la inflación.
Para que dicha tasa sea positiva, hay que calcular la tasa efectiva, aquella que se consigue si se reinvierten los intereses generados durante todo un año. En Brasil, por ejemplo, la tasa nominal de referencia es de 13,25% anual, mientras que la inflación se ubica en torno al 10,0%. Quizás Argentina debería copiar al país vecino.
Desde ya que la economía siempre es, fue y será una sábana corta; en tanto solucionás un problema, se desencadena otro. Si bien las altas tasa de interés pueden ayudar a resolver algunas cuestiones financieras y macroeconómicas, para el resto de la economía resulta sumamente contractivo.
En primer lugar, porque, así como aumentan las tasas que te pagan por un Plazo Fijo, también aumentan las tasas para financiarse, volviéndose cada vez más costoso sacar un crédito.
Por otro lado, sube el costo de oportunidad de invertir. La tasa interna de retorno de un proyecto tiene que ser sumamente superadora a la de invertir en un instrumento financiero lo cual se torna prácticamente imposible. Al dejar de invertir, se frena la generación de empleo, el consumo se contrae y entramos en un círculo vicioso muy difícil de salir.