No hay opción al dólar

El que vende dólares no tiene un instrumento financiero con igual reputación para su reemplazo. El gobierno, en lugar de aclarar, oscurece con su accionar.

salvadorPor Salvador Di Stefano

El Banco Central República Argentina tiene escasos dólares, apenas U$S 39.863 millones, y aún restan muchos pagos por llevarse adelante con el FMI, se podrían perder de aquí a fin de año unos U$S 5.000 millones adicionales.

Los pasivos monetarios del Banco Central sumados la base monetaria, las letras y pases alcanzan los $ 11 billones, de aquí a fin de año podrían ubicarse en torno de los $ 14 billones. El Banco Central paga por mes en concepto de interese la friolera de $ 200.000 millones, de aquí a fin de año serían unos $ 1,2 billones. Por otro lado, tendría que financiar al fisco en $ 2,4 billones aproximadamente. Con una expansión de la base monetaria de apenas $ 400.000 millones llegaríamos a los $ 14 billones antes citados. Con tamaña caída de reservas por delante, y la gran expansión de pesos no sería extraño que a fin de año tengamos un dólar de $ 400.

En la actualidad el dólar vale en torno de $ 300. ¿Quién vendería el dólar a $ 300 si a fin de año puede valer $ 400? Nadie, salvo que encuentre un instrumento que le dé una rentabilidad mayor y sea más confiable que el billete verde.

Lo que tenemos que saber es que hoy el Estado no genera confianza, y menos aún los instrumentos financieros que maneja, que, por otro lado, muestran rentabilidades muy bajas. Por ejemplo, quien vendiera hoy un dólar a $ 300 lo podría colocar en una letra de descuento con vencimiento el 30 de septiembre, dicha letra rinde el 10%, con lo cual nos quedaría un dólar de $ 330 al 30 de septiembre. Está claro que no resulta atractivo vender dólares para hacer una colocación en pesos, en un instrumento del Estado con la desconfianza que generan, y escasa rentabilidad.

Una alternativa interesante sería vender dólares y colocarlos en un plazo fijo ajustado por inflación, en este caso no todos los bancos reciben estos depósitos, y los que reciben estos depósitos requieren autorizaciones especiales para montos superiores al millón de pesos. No es un instrumento que pueda cambiar la historia del mercado.

En materia de bonos tenemos bonos en pesos ajustados por inflación, el primer problema es el rendimiento, un bono con vencimiento en el mes de diciembre rinde inflación menos 3,0%, esto no es agradable. Lo segundo es que el bono lo emite el Estado, con toda la desconfianza que ello genera.

Vender dólares no tiene como contrapartida un instrumento financiero tan atractivo como el propio billete verde. Esto implica que los que tienen dólares no tienen incentivos a venderlos, salvo un Estado de necesidad que lo obligue al cambio.

Todo este preámbulo lo realizamos para explicar que el mercado del dólar está sin vendedor a la vista, y con un comprador que está tímido de convalidar un valor superior a los $ 300 pero que no encuentra un producto alternativo para invertir. Por ende, puede seguir subiendo, pero en caso de baja muchos serán compradores, lo que no detendrá su escalada a los $ 400. Lo mejor sería tener mercadería, en especial importada, lo escaso subirá más que el dólar.

El contexto no ayuda
El contexto económico no ayuda en esta oportunidad, el faltante de gasoil en la economía no se ha superado, se espera escasez de gas, las importaciones están limitadas por ende muchos productos no tienen reposición, lo que eleva en forma importante el precio de esos productos. La inflación para lo que resta del año podría ser superior a la del primer semestre que se ubicó en el 36,2%. Con esto queremos decir que muchos agentes económicos podrían vender dólares para adquirir mercadería, pero en muchos casos esa mercadería no está disponible.

No es un tema menor el escenario político, en donde las divergencias entre el presidente y la vicepresidenta llevan en más de una oportunidad a no tocar las inversiones o postergar todo tipo de decisión de cambio de portafolio hasta tanto estas diferencias se subsanen.

Los bonos de la deuda argentina en dólares no han dejado de caer, con paridades que van del 18% al 23% de su valor nominal están a precios de cesación de pagos. Si Argentina a futuro lograra una reestructuración de la deuda, seguramente valdrían más de lo que valen hoy, sin embargo, el mercado los desprecia, con lo cual no son un buen lugar para alocar liquidez de corto plazo, es una inversión de largo plazo y a la espera que un próximo gobierno los rescates del pozo en que están.

Conclusiones
. – Nadie venderá un dólar con un contexto político tan enrarecido, sin políticas de Estado claras, y con un gabinete que piensa tan distinto en todas sus líneas.

. – El dólar hoy no tiene un instrumento alternativo que sea confiable para ganar la misma o mayor cantidad de dinero que se puede ganar teniendo dólares.

. – Comprar mercadería en este contexto es una muy buena opción, pero el cierre de las importaciones dejó sin pecio de reposición a muchos productos, por ende, nadie desea vender lo que es escaso.

. – No tiene mucho sentido acopiar más stock de mercadería que el necesario para transar, si la economía ingresa en un escenario de recesión. Acopiar dólares en cabeza de persona humana es una muy buena opción, ya que el mayor valor no paga impuesto a las ganancias. La mercadería dentro de una persona jurídica puede genera resultados por tenencia positivos y paga impuesto a las ganancias.

. – Los bancos no aceptan grandes cantidades en plazos fijos ajustados por inflación, al no tener contraparte que tome estos créditos la operatoria es escasa. Es una alternativa excelente pero no hay volumen.

. – El gobierno espera que el campo liquide soja. Sobre una cosecha de 43,3 millones de toneladas, unos 20 millones de toneladas ya fueron vendidas, sobre este total hay declaraciones juradas de ventas al exterior de 16 millones de toneladas. Es falso que hay liquidaciones escasas, lo que sucede en esta coyuntura es que los precios de la soja se desplomaron en Chicago, el precio FOB de la soja argentina es de U$S 586, al productor le pagan U$S 381 oficiales, y si quiere transformar este monto en dólares billetes le quedan U$S 166. La quita entre este último valor y el precio FOB es del 71,7%. Así es difícil que las ventas se activen en esta coyuntura.

. – Para la próxima campaña hay un pronóstico climático de sequía, y con los valores actuales sembrar soja dejaría una ganancia de U$S 26 oficiales por hectárea, antes de pagar impuestos, siempre y cuando se obtengan 40 quintales de producción por hectárea, si hay sequía y se producen menos el productor estará trabajando a pérdida.

. – El dólar es el dólar porque en Argentina el gobierno no muestra una idea única en su gabinete. No hay dólares para importar y los precios de reposición de los productos importados no existen. La inflación tomó un camino ascendente. Quien vende dólares no tiene un instrumento financiero o mercadería donde colocarlo. El contexto mundial no ayuda, hay un pronóstico de recesión mundial, caen los precios de los granos y suben las tasas de interés en el mundo.

. – El gobierno atraviesa un mal clima de negocios interno y externo, lo extraño es que cuando tiene que tomar decisiones políticas, en lugar de aclarar, oscurece.