El Gobernador Omar Perotti es probable que esta semana anuncie cambios en su gabinete para encarar los meses de gestión efectiva que le restan, toda vez que los tiempos constitucionales y políticos ya dieron vuelta el reloj de arena, que desde el pasado viernes 10 comenzó a vaciarse.
Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
Medir el tiempo, además de una ley física, ¿es también una percepción humana de la realidad?. Desde luego. Para quienes tienen mandatos políticos que vencen el 10 de diciembre del 2023, hace un par de días comenzó a vaciarse el reloj de arena.
Para un cargo ejecutivo de relevancia, Gobernador por ejemplo, si el cierre de listas fuese en marzo o abril del 2023, en octubre – noviembre a más tardar – del año que viene ya deberían ir perfilándose las candidaturas en los sectores que tienen posibilidades ciertas de llegar a la Casa Gris.
Aún con personajes rutilantes como Carlos Reutemann o Miguel del Sel, éstos comenzaron silenciosamente a caminar esta extensa Provincia mucho tiempo antes de la oficialización de sus candidaturas.
Omar Perotti es lo sabe muy bien; él mismo se preparó durante años para finalmente ser Gobernador. Hoy tiene la histórica responsabilidad de cumplir con aquella máxima que alguna vez supo confesarnos el “Lole”: “lo único que importa es ponerle la banda a uno de su mismo signo político”.
El propio Carlos Reutemann se equivocó feo con Rolando Echeverría en el año 1995, a quien tuvo que cambiar por Jorge Obeid a horas de haberlo nominado: “hice una encuesta a “boca de anuncio”, y con Rolando no llegábamos a ningún lado y se lo dije al Lole inmediatamente”. Nos reveló Néstor Murillas, el por entonces encuestador de Reutemann.
Hermes Binner lanzó la candidatura de Antonio Bonfatti cuando advirtió que Rubén “Pechito” Giustiniani punteaba en las encuestas e iba por ellos. Fue una dura pelea contra la primera candidatura de Miguel del Sel, que en su debut electoral quedó a solo tres puntos y medio de Bonfatti. Las urnas ya presagiaban.
Luego Antonio Bonfatti se inclinó por el senador por Rosario Miguel Lifschitz como su sucesor, quien llegó a la gobernación con un “triple empate técnico” entre él, Del Sel y Perotti. Las urnas volvían a advertir.
Cuatro años más tarde, con la imagen personal y de gestión superlativas, Miguel Lifschitz no pudo hacer que quien lo ungiera lo reemplazara: Antonio Bonfatti perdió contra Omar Perotti. Miguel no le puso la banda a uno de su mismo signo político.
El elegido de Perotti
Hoy Omar Perotti tiene “in pectore” un único sucesor: Roberto Mirabella, quien acaba de cambiar de ala en el Congreso de la Nación. Y para ello acondicionará su gobierno de ahora en mas, cambios de gabinete con “mayor volumen político” incluidos.
El Gobernador buscará profundizar sus ideas, no eventualmente modificarlas, porque intuye que su candidato esta vez no será el pretendiente único del peronismo, deberá tener el sello de su gestión cuyo primer paso fue Hacemos Santa Fe. Perotti sabe que habrá otras tribus que querrán disputarle territorio. Poco y nada pudo hacer Ricardo Olivera en su primera reunión plenaria tras las elecciones, más que escuchar reproches y auto justificaciones. Le quedó la amarga sensación de que la “unidad en la diversidad” es un nostálgico recuerdo. Algo se rompió, ¿para siempre? en el peronismo.
Oposición para armar
En el variopinto arco opositor no todo es lo que pareciera ser: emancipados del socialismo, los radicales Neo inmediatamente después de las PASO lanzaron la precandidatura de su líder Maximiliano Pullaro, referenciados a nivel nacional por quien acaba de provocar un cisma partidario: Martín Lousteau. Uno de los referentes de ese novel sector, el flamante diputado nacional Martín Tetaz dijo que el radicalismo “ya no es más el que iba en el asiento del acompañante de Mauricio Macri”.
Pullaro cree que tanto en la Provincia – con el fallecimiento de Miguel Lifschitz – y en el país referenciados en el mapa electoral del 14 de noviembre, hay una cultura radical “que administró durante veinte años un partido que no tenía expectativas de ser gobierno, y otra es la que expresan actores del radicalismo que pretenden conducir provincias y espacios nacionales. Esta es una pelea de futuro, que en algún momento ganaremos”, planteó.
En la otra vereda radical, envalentonados por el resultado electoral interno, pero aún más con la sorpresiva vicepresidencia del Senado de Carolina Losada, los sectores MAR de Julián Galdeano y el radicalismo de Mario Barletta darán pelea interna por la candidatura a Gobernador. Aspirantes no le faltan: la propia Losada, Dionisio Scarpín y hasta el mismísimo Mario Barletta.
Nada está dicho; “Los que verdaderamente queremos ganar no podemos no pensar en ampliar la coalición o fundar una coalición distinta. Las diferencias que podemos tener en la interna tienen que quedar a un costado” alertó Galdeano, sabedor de que al peronismo en el poder no se le gana solo con voluntarismos.
Presupuesto: el pulso del reloj de arena
Se apresta una semana de ritmo frenético de negociaciones más complejas, y donde empezarán a notarse los cambios en las fuerzas gravitacionales que toda elección genera. y los segundos tiempos de toda gestión en una provincia sin reelección.
El presupuesto, su correspondiente Ley Tributarias, las emergencias solicitadas por el gobierno en materia de seguridad marcarán el puso de todo lo que describimos anteriormente.
En un extremo, cuando el oficialismo gana las legislativas intermedias, no tener reelección no es un gran problema para un gobernador, porque conserva su fuerza gravitacional. En cambio, cuando no es así sucede todo lo contrario.
No obstante, en el campo opositor tampoco hay un líder que ya tenga ganado y reconocido por todos su centro del sistema solar opositor.
Por eso las negociaciones serán más complejas. Como oficialismo y oposición no tienen un liderazgo unificado y aceptado, las partes con poder de veto se multiplican.