“Esto es un desbodrio”, neologismo ideado por un presidente comunal del norte santafesino de la época del 70, bien podría aplicarse al laberíntico momento por el que atraviesa la política santafesina tras la decantación de las últimas elecciones.
Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
El peronismo en su momento más álgido
En una semana el Gobernador Omar Perotti atravesó dos de los nueve círculos del Infierno del Dante. Primero los allanamientos producidos en la sede Rosario – y Santa Fe más tarde – del Ministerio de Seguridad en busca de documentación probatoria de las sospechas que tiene el MPA sobre un probable y sistemático ejercicio de espionaje y seguimiento ilegal a ciudadanos calificados de esta Provincia, básicamente de Rosario y Santa Fe tales como empresarios, políticos, sindicalistas y periodistas llevado a cabo por el ex titular de esa cartera Marcelo Sain.
Luego, las declaraciones del “empresario” del juego clandestino Leonardo Peiti, quien para aliviar su situación procesal repartió gravísimas acusaciones que salpican al mismísimo Gobernador de la Provincia y legisladores.
“Ojo que Sain te espía”
En el caso del supuesto espionaje clandestino que habría realizado Marcelo Sain, en estas páginas hicimos notar que en los círculos políticos – y gubernamentales – el ¿mito? de “Sain te espía” había llegado al extremo paranoico de saturar la plataforma de mensajería Telegram “porque es más segura”. Ningún político – ni funcionario – quería hablar por línea de celular, todos optaban por WhatSapp o Telegram, y habían desaparecido los mensajes de texto.
Si Marcelo Sain no espiaba a nadie, había conseguido el objetivo de intimidar a medio mundo, vaya a saber uno con qué sórdidos fines.
Hoy día, especialistas del Ministerio Público de la Acusación están estudiando en detalle la profusa documentación física y digital colectada en el Ministerio de Seguridad la semana pasada. “Los fiscales en su momento mostrarán las evidencias”, aventuró el jefe de los fiscales Jorge Baclini.
El “arrepentido” Peiti: un presente griego inesperado
El juez rosarino Rafael Coria convalidó el acuerdo abreviado entre cuatro fiscales y la defensa del capitalista del juego clandestino – y también legal – Leonardo Peiti, quien para aliviar su situación procesal (redujo de 6 a tres años su pena de prisión y el pago de una multa) vomitó “pruebas” que según la justicia “eran relevantes para la investigación” del juego clandestino en la Provincia y su ramificación política.
En pocas palabras, Peiti en su condición de “arrepentido” ratificó que le había aportado sumas de dinero (dólares) a diversos actores legislativos para conseguir que le otorguen a él la explotación del juego online en la Provincia. Lo que no queda claro aún es Peiti buscaba esas concesiones por Ley o a través de un decreto gubernamental (como finalmente sucedió este año, cuando el Gobernador Perotti le otorgó por ese acto dicha explotación a los casinos de Santa Fe y Melincué).
Lo admitido por la justicia es que Peiti le dio más de 200 mil dólares al senador justicialista Armando Traferri, para que éste a su vez contribuya con la campaña gubernamental del candidato Omar Perotti, en la certeza de que si resultara electo Gobernador, Peiti sería beneficiario del juego online (luego de que el por entonces Gobernador Miguel Lifschitz se negara).
Quienes en su momento manejaron las finanzas de campaña de Perotti, negaron a este Diario de manera tajante haber recibido dinero alguno del senador Traferri a cambio de favores para Peiti. “Todos los aportes recibidos durante la campaña están rendidos ante la justicia electoral”, afirmaron ofendidos.
En el ínterin, dos senadores provinciales (el radical Lisandro Enrico y el justicialista Alcides Calvo) quieren limpiar su buen nombre y honor, elaborando escritos para presentar ante la fiscalía que convalidó el abreviado de Peiti, a los fines de pedir explicaciones de por qué ellos también están mencionados en la causa.
Enrico ya lo había hecho, y desde Fiscalía le dijeron que sobre su persona no pesaba imputación alguna; evidentemente no le dijeron toda la verdad, pues aunque de manera tangencial, Peiti lo menciona. Otro senador radical, Hugo Rasetto, también fue sindicado por Peiti como tributario (por otros motivos) de sus oscuros aportes.
Un escándalo que recién comienza. Aún no habló Traferri.
Violencia en Rosario: ¿quién le pone el cascabel al gato?
Tras cinco horas y media de reunión de trabajo entre el Gobernador Omar Perotti y una cuarentena de diputados, el resumen más “escuetamente patético” lo brindó a la prensa el presidente de la bancada de diputados socialistas Joaquín Blanco: “sentimos que arrancamos de cero”, sentenció. Maximiliano Pullaro apeló a que “Jorge Lagna ahora sí pueda reordenar el desastre que dejó Saín”.
En definitiva esa panorámica política le sirvió al Gobernador para sentirse respaldado por todo el arco político con representación parlamentaria, inclusive para dar un mensaje hacia dentro de su propia casa (el PJ).
Radicales en su salsa: las internas
La ascendente senadora nacional electa Carolina Losada, de la mano de su mentor Julián Galdeano está ocupando ya un lugar sobresaliente en la marquesina política nacional, toda vez que después de visitar al jefe de gobierno porteño – y aspirante presidencial – Horacio Rodríguez Larreta, cenó con encumbrados radicales nacionales quienes la impulsan nada menos que a la vicepresidencia de la Cámara de Senadores, poltrona que ocupa, y querrá seguir ocupando, el radical Martín Lousteau.
Precisamente Lousteau, líder de su espacio Evolución que en Santa Fe tiene anclaje en el radicalismo Neo que comanda Maximiliano Pullaro (con aspiraciones gubernamentales) tiene intención de presidir el Comité Nacional de la UCR; mientras que los que arropan a Losada en esta Provincia (Galdeano, Barletta y hasta Corral) respaldan al jujeño Gerardo Morales para el máximo cargo partidario nacional.
Y aún faltan poco más de 20 días para que termine el año.