El presidente del Partido Justicialista Ricardo Olivera, quien no se auto percibe ganador de las elecciones del domingo, más bien todo lo contrario, admitió de manera descarnada que “indudablemente fue muy dura la derrota”, haciendo notar que «desde que vino la democracia el peronismo no tuvo una derrota similar».
Por Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
Olivera lo hizo con el alma por el suelo, después de recibir el peinado fino de los resultados provinciales no sólo a nivel categorías nacionales, sino distritales que por ejemplo le apuntaron que de las 10 ciudades santafesinas con mayor población – Rosario, Sta Fe, Rafaela, Villa Gdor Gálvez, Venado Tuerto, Reconquista, Santo Tomé, San Lorenzo, Villa Constitución y Esperanza- en ninguna el PJ anotó un triunfo a concejal.
El domingo pasado se elegían 14 intendentes en la Provincia de Santa Fe: el peronismo logró retener sólo 3 de las 6 que ponía en juego, y no logró sumar ninguna, mientras en el camino cayeron 3 bastiones históricos: Roldán, El Trébol y Sauce Viejo.
Olivera, quien trabajó como un orfebre chino para moldear hace dos años todas las partes del presuntuoso peronismo, bajo el salvífico lema “unidad en la diversidad” con Omar Perotti a la cabeza para llevarlo nuevamente al poder, hoy siente un tremendo dolor del cual se hace cargo como conductor del Partido: «yo me hago responsable de todo lo que le toca al partido; en su momento ganamos el Nacional, la Libertadores y ahora estamos en el descenso; como los técnicos tengo que asumir mi responsabilidad también”, sinceró.
Oscar “Cachi” Martínez desde su rol de socio activo del peronismo a través del Frente Renovador – 100% Santafesino, en una carta abierta instó al Gobernador Perotti a redefinir el rumbo, llamar al diálogo a todos los sectores internos, dejar de lado los “hegemonismos”; en definitiva retomar el slogan triunfal “unidad en la diversidad” porque sino “no habrá 2023 para nadie”, advirtió.
Omar Perotti creó en mayo de este año Hacemos Santa Fe, línea interna propia para dar pelea territorial, que tuvo sus reparos en dirigentes del peronismo quienes consideraban que el Gobernador debía sobrevolar las internas partidarias en su rol de líder natural del Partido, y no participar de ellas. Seguramente esa herramienta electoral será debatida la semana que viene en la reunión catártica del Consejo Ejecutivo del peronismo; quizás no para darla de baja, sino redefinirle los alcances y objetivos.
El Gobernador Perotti, luego de saludar hidalgamente a los triunfadores – cosa que no hicieron sus pares nacionales, empezando por el Presidente Alberto Fernández – aún no se explayó públicamente sobre los resultados de las elecciones, donde en las categorías nacionales le puso su propia foto a la boleta de senadores nacionales.
El veredicto final de las urnas, más allá de la remontada de dos puntos desde las PASO, no fue el deseado: se perdieron 16 de los 19 Departamentos.
A favor del Primer Mandatario cuentan los resultados de la ciudad de Rosario, donde le ganó a Juntos por el Cambio por exiguos mil votos, pero estiró esa diferencia en casi 30 mil a todo el Departamento. Y nuevamente San Lorenzo (los mismos territorios que lo catapultaron a la Casa Gris) donde esta vez la diferencia favorable fue más estrecha: poco más de dos mil votos. En Garay, el otro Departamento donde ganó el peronismo en las listas nacionales, vota poca gente: poco más de 13 mil personas, y la diferencia fue de casi 10 puntos.
Ricardo Olivera tendrá la fatigosa tarea de convencer, primero a Omar Perotti, y luego a las distintas tribus del peronismo que andan con la cara pintada, de volver a unificarse en un solo malón, si quieren enfrentar con éxito a una oposición que ya está trabajando en el armado de un gran “frente de frentes” para recuperar la Provincia.