Salvador Di Stefano: El dólar libre es una apuesta a crecer

Informe en relación a la economía argentina, el dólar y el mercado internacional.



Por Salvador Di Stefano, analista de negocios



La economía mundial nos sonríe, es probable una fuerte suba de precios de la soja, maíz y trigo en el año 2022. En el mercado interno nos tenemos que integrar al mundo y liberar tarifas. No habrá inversiones si los precios los desea fijar el Estado. Tenemos atraso cambiario.

Argentina tiene una oportunidad única en el contexto mundial, el mundo transitará varios años con una inflación mucho más alta que en los últimos 5 años. Esto se debe a la alta demanda de petróleo y gas, lo que potenció la suba de precios de ambos productos. El corte de la cadena de suministros, producto de la pandemia, nos llevará años poder normalizar, por ende, vamos a convivir con mayor inflación y, países como Argentina, que tienen una alta deuda pública, reestructurada a largo plazo y con bajas tasas verán licuar la deuda y se morigerará el pago de las amortizaciones e intereses.

Nuestra economía está muy ligada a la evolución del precio de las materias primas. Creemos que, de cara a los próximos años, la fuerte suba en el petróleo y el gas arrastraría a la suba a otros productos como es el caso de las materias primas agrícolas. Una mejora sustancial en el precio de estos productos podría impulsar nuestro PBI a la suba, mejoraría la recaudación tributaria y le daría al Estado más recursos para equilibrar el presupuesto, y el sector privado podría dinamizar la economía privada.

Este escenario de suba de PBI, con una deuda que se mantendría estable, nos dejaría como saldo una relación deuda sobre PBI que sería más baja y le daría más credibilidad a nuestro país para mejorar su reputación crediticia.

En resumen, el contexto internacional nos sonríe.

En el plano interno, está claro que el Banco Central no tiene reservas, en el mes de diciembre se le debe pagar al FMI unos U$S 1.880 millones, ese pago será el que dejará al país con reservas negativas. No hay en el horizonte una fuerte entrada de dólares que revierta este escenario, por eso la gran demanda de dólares en el mercado.

En materia de pesos, el gobierno sigue mostrando un elevado déficit fiscal, en los últimos 12 meses se ubicó en $ 1,6 millón de millones, de los cuales $ 1,3 millones fue financiado con emisión monetaria, esto implica que el 78% del déficit se financió imprimiendo dinero. Este aluvión de pesos en el mercado, que choca con la escasez de dólares, es lo que impulsa a la suba a los dólares alternativos.

La política monetaria y cambiaria del Banco Central no ayuda, la tasa de interés pasiva es negativa contra la inflación, los ahorristas obtienen de los bancos una tasa del 37% anual en el mejor de los casos contra una inflación que se ubica en el 52,5%, claramente prefieren el dólar a colocar sus excedentes a plazo fijo. La tasa activa de los créditos también es negativa contra la inflación, por eso las empresas prefieren estar endeudadas en pesos, frente a una inflación creciente.

El punto más álgido es el tipo de cambio mayorista, su cotización se ubica en torno de $ 100, y ya tiene una brecha superior al 100% frente a los dólares alternativos libres. Esta brecha es insostenible en el tiempo. Los dólares alternativos no bajarán, en el mercado no hay vendedores y no creemos que aparezcan en este contexto de incertidumbre. Por otro lado, el gobierno se muestra remiso a devaluar el tipo de cambio mayorista.

El tipo de cambio mayorista en torno a $ 100 no es nada competitivo, está claro que hay muchos productos como pollo, cerdo, quesos, lácteos y huevos que con este tipo de cambio no se pueden exportar porque quienes lo producen lo harían a pérdida. Sin embargo, muchos de estos productos son importados de Brasil. Las cuentas de Excel que hacen muchos consultores en economía y negocios deberían contrastarse con lo que sucede en el mercado, desde la computadora todos los negocios cierran, cuando vas a la práctica y salís de la General Paz es muy distinto.

El gobierno, para contener la inflación, ancló el tipo de cambio oficial y las tarifas, esto no se puede sostener en el tiempo, los ingresos de dólares provienen de la exportación, si siguen reprimiendo el precio del tipo de cambio, las exportaciones declinarán, las importaciones tenderán a la suba y se hará humo el saldo de la balanza comercial.

Si miramos el balance cambiario, el principal aportante de dólares es la balanza comercial, el resto de las cuentas que lo integran son negativos o con un saldo muy escaso. El faltante de dólares se acentúa, y todos los caminos conducen a una devaluación del tipo de cambio mayorista.

En el mercado de dólar futuro, hay contratos abiertos por la friolera de U$S 5.300 millones, en donde un 80% está concentrado en noviembre, diciembre y enero. Hay un 40% de posibilidades de que el dólar mayorista se ajuste en el mes de diciembre, y un 60% de posibilidades en el primer trimestre del año 2022. El premio que pagan los especuladores para tomar posición de dólar al mes de enero es una tasa del 60,6% anual, una tasa superior a la inflación pasada.

En resumen, el contexto de la economía interna es muy hostil para los negocios, tenemos escasez de dólares, abundancia de pesos, alta inflación y nos golpea en la puerta una probable devaluación del dólar mayorista, sin descartar que una suba de tarifas incremente los costos de las empresas y haga que la devaluación tenga que ser más elevada de la que muchos imaginan.

Conclusiones



. – Argentina tiene por delante un contexto internacional que la puede beneficiar. Vemos un escenario muy alcista para los productos que exportamos para el segundo semestre del año 2022, con precios de soja, maíz y trigo en valores record. Cuidado que el petróleo y el gas también podrían tener ese recorrido y afectaría los costos de la economía, ya que el gobierno no podrá mantener desanclado los precios locales versus los internacionales.

. – La economía argentina está muy desordenada, los precios de las tarifas y el tipo de cambio deberían liberarse, es imposible pensar en un plan económico con precios reprimidos. Nadie vendrá a invertir cuando los precios los fija el Estado a su antojo y capricho, y no el mercado. Esto nunca terminó bien, más temprano que tarde el mercado ajusta.

. – Las elecciones legislativas deberían dar el marco para que la clase política pueda alinear el mercado interno con el internacional, lograr la liberación de precios y tener un tipo de cambio competitivo. Deberíamos tener un tipo de cambio libre, para que quienes desean ahorrar lo hagan en un mercado menos complejo, transparente e institucional. Esto seguramente haría que los dólares alternativos, lejos de subir bajen, en este escenario. Consideramos que, si siguen por el camino actual, lo prohibido siempre fue más atractivo que lo permitido, y en la vida está prohibido prohibir.