La comunicación está ligada a la escritura desde que el hombre sintió la necesidad de dejar plasmado sus pensamientos por escrito.
Por Bertran, Ailén M.
Prof. De Lengua y Literatura
La escritura permite que la comunicación fluya a través del espacio y el tiempo, y nos acerca mensajes de personas que vivieron hace miles de años. Hoy, lo escrito puede conservarse indefinidamente y llegar a cualquier parte del planeta. La escritura se sirve de signos elementales con los cuales se forman las representaciones de las ideas y el léxico. En las lenguas con alfabeto, y mediante el código de cada una, las letras forman las palabras que significan ideas y cosas, siguiendo sus reglas de ortografía y gramática, se pueden componer mediante cantidades infinitas de mensajes en todos los niveles: letras, palabras, líneas, párrafos, páginas, libros, bibliotecas.
La escritura es posible por la capacidad del cerebro humano de reconocer las formas y de almacenar la información relacionada a la misma.
Nuestro cerebro puede reconocer las formas peculiares de ideogramas y letras, integrándolas y relacionándolas con un significado. Para quien no sabe leer, lo escrito en una hoja solo representa un montón de manchas sin sentido.
La persona que lee, a menos que lo haga a propósito, no lee las letras sino que capta las formas de las palabras, y si está habituada a leer mucho, las palabras le son casi imperceptibles, lo que recogerá son tramos de forma que abarcan varias palabras y poseen un significado para ella.