Los orígenes del teatro se encuentran asociados a ritos mágico-religiosos que en la antigüedad se celebraban en la temporada de caza y recolección agrícola.
En las culturas occidentales, las raíces del teatro suelen ubicarse en ricos órficos y dionisiacos que se llevaban a cabo en la antigua Grecia acompañados de cantos y bailes. Más adelante las representaciones comenzaron a escenificarse en la plaza de los pueblos.
Eran ejecutados por compañías compuestas por uno o varios actores, músicos y danzantes que los secundaban. El siglo V a. de C. constituye la época dorada del teatro clásico griego en la que se fijan los modelos dramáticos de la comedia y la tragedia. En consonancia con la popularidad y auge que fueron ganando las representaciones teatrales, surgió la necesidad de habilitar espacios en los que pudiera congregarse un mayor número de espectadores y en respuesta a esta necesidad, comenzaron a erigirse en Grecia (y anfiteatros) de piedra. En Roma, las representaciones se iniciaron también hacia el siglo Va.
De C. en honor a Apolo, y fue Pompeyo en el 52 a. de C. quien levantó el primer teatro permanente. El teatro romano introduce elementos distintivos respecto del griego: se levantaba sobre suelo plano y solía tener varias plantas construida de mampostería y enlazada por un sistema de galerías superpuestas. Durante la Edad Media, el teatro quedó relegado a un segundo plano. La recuperación del arte teatral estuvo principalmente en manos del clero.
Paralelamente se fue desarrollando una corriente popular cuyas representaciones se llevaban a cabo sobre plataformas o carros que se colocaban en las plazas de los pueblos y que eran ejecutadas por compañías itinerantes.
El Renacimiento incidió decisivamente en el arte dramático. A partir del Siglo XVI, comenzaron a construirse una en Europa, una serie de casas teatrales cubiertas, destinadas especialmente para la aristocracia. Uno de los primeros teatros modernos fue el Olímpico de Vicenza, diseñado por Andrea Palladio hacia 1580. No obstante el modelo de teatro italiano quedó consolidado tras la construcción del teatro Farnese de Parma en 1618. Para estas mismas fechas cobra impulso el teatro popular conocido como commedia del’ arte. Esto se extendió por la mayoría de los países europeos aportando características propias de cada lugar en cuanto a modos y arquitectura.
Otras civilizaciones también hicieron sus aportaciones en el desarrollo del arte teatral. Los mayas mostraron en el teatro una estrecha vinculación con los ciclos del cultivo agrícola y llegaron a representar escenas de su libro sagrado el Popol – Vuh. El arte teatral azteca se valió de la mímica como recurso interpretativo fundamental. Los incas desarrollaron un tipo de teatro cuya particularidad más significativa fue que pudo ser transmitido a generaciones posteriores por haberse recogido en textos escritos en quechua.
En China, las representaciones teatrales, bajo la forma de poemas escenificados, se remontan al siglo XII a. C. en Japón la tradición teatral está marcada por el desarrollo y la evolución. El panorama teatral contemporáneo se ha visto influido por una diversidad de elementos heterogéneos, extraídos de una y otra cultura teatral, consiguiendo agrupar modelos teatrales clásicos y experimentando nuevas formas de teatro alternativas.