La carne no estabilizó su precio en mostrador por el desacierto de una medida demagógica, anacrónica, y de sesgo antiproductivo, expresó el CRA.
El precio de la carne históricamente demuestra una estacionalidad que se repite todos los años de condiciones normales en esta época, como resultado de la interacción entre la dinámica del mercado de demanda interno y la producción. Los precios de los cortes tienden a estabilizarse, esto sucede cual si obedeciese a leyes naturales y nada tiene que ver con el cierre de las exportaciones; es algo que sabemos todos los que formamos parte de la cadena productiva, también lo saben, o deberían saberlo, sus funcionarios Sr. Presidente; la exportación no es antagónica con el mercado interno, sino complementaria, sus propios funcionarios se lo pueden explicar.
Los precios se estabilizan, porque «al mercado interno no le entra un kilo más de carne», lo mismo pasa con otros bienes básicos de consumo como la verdura, el pan y la leche; la caída abrupta del poder adquisitivo de la gente, fruto de una desvalorización constante de nuestra moneda hace que aún con las ofertas obligadas por la falta de venta, el consumo no crezca, no traccione.
Decir que los precios bajaron como resultado del cierre de las exportaciones es querer justificar un desacierto con una mentira. La medida no tuvo impacto en los precios al consumidor que siguieron su tendencia estacional, pero sí afectó a pequeños y medianos productores, a trabajadores de toda la cadena y nos condena a menores índices productivos en el futuro cercano. La historia volverá a repetirse y el consumo per cápita volverá a caer como ya lo ha hecho fruto de estas medidas.
La producción no se puede crear por decreto presidente.
La persistencia en el error, destruye el entramado productivo, el aumento de oferta y capacidad de generación de empleo genuino. No entender esto, es simplemente una hemiplejia intelectual.