Este martes, policías encontraron el cadáver de Joaquín Tapari en avanzado estado de descomposición en un pozo ciego de la casa del campo donde vivía Perrone, quien también falleció esta mañana, aparentemente envenenado.
La Agencia de Investigación Criminal (AIC) dependiente del Ministerio de Seguridad, de manera conjunta con elementos de la Policía provincial, habían efectuado diferentes rastrillajes para dar con el paradero de Joaquín Alberto Tapari.
Tapari, de 48 años, quien era oriundo de Entre Ríos que se ausentó de la casa de Rehabilitación de drogas «El Buen Samaritano” , ubicada en Malabrigo, el día jueves 10 de junio en horarios de la mañana y desde ese día jamás volvió a saber de él.
Este ultimo martes, luego de una investigación, policías allanaron la casa de campo donde vivía Roberto Perrone, quién había tenido contacto en la institución y quien lo vio por última vez vivo a Tapari, luego de que los efectivos trabajaran con perros entrenados en busca de personas, hallaron el cadáver en avanzado estado de descomposición en un pozo ciego.
Por su parte, Roberto Carlos Perrone, de 46 años, quien luego de atenderlos, ingresó a la vivienda y no volvió a salir. Luego de reiterados llamados no contestados, al requisar la casa lo encontraron acostado, convulsionando con espuma blanca en la boca.
Inmediatamente se comisionó al servicio de emergencias que lo trasladó al Hospital de Malabrigo, donde confirmaron su deceso y que su muerte habría sido producto de haber tomado veneno para loros, fue la información recibida.
La hipótesis más fuerte del móvil del crimen se centra en que Tapari habría relegado a Perrone del puesto como un encargado de la casa de recuperación de adicciones.