La realidad se encargó una vez más de desmentir las especulaciones políticas y periodísticas, la mayoría de ellas interesadas, en torno del pedido de renuncia al Ministro de Seguridad Marcelo Saín.
Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
El Ministro de Gestión Pública Marcos Corach, fue el encargado de redimirlo a Saín después del escandaloso audio que se difundiera con insultos hacia la fuerza policial y porque no, a la población de ciertas localidades de la Provincia, con un glosario soez digno de la barra brava de una tribuna de fútbol: “es una operación política con un audio de un año y medio atrás”, justificó el auténtico delfín del Gobernador en el gabinete.
En rigor de la verdad fáctica el audio fue privado, tal como descargó el Ministro en su cuenta de twitter, haciendo notar que se lo había enviado a un “jefe de policía con pretensiones de Ministro”. Como todas las miradas se posaron sobre el ex Jefe de policía Víctor Sarnaglia, quien se tuvo que ir en medio de una tormenta de acusaciones cruzadas -y audios para variar- con Sain, lo consultamos y nos pidió que desmintiésemos de manera tajante que el audio hubiera sido enviado a él.
Hasta el momento no se sabe si Saín demandó por violación a la intimidad a la persona a la cual le envió el audio privado de whatssap hecho público; pero lo cierto es que el contenido de este tipo de monólogos grabados con la aplicación telefónica, o conversaciones registradas en secreto suelen desnudar los auténticos sentimientos de las personas, y resulta impactante emocionalmente escucharlos -no queremos imaginar escucharse- públicamente.
El Ministro Saín, además de audios privados que solía y suele enviar a miembros de la fuerza, periodistas y quizás otras personas en particular, no se sujeta demasiado cuando tiene que hacer declaraciones en público, sea en reportajes o utilizando su cuenta de twitter. Es lo que se dice una persona “sin filtro”.
Marcelo Saín es sociólogo y un gran experto en “marketinearse” a sí mismo, casi podríamos decir que es un gran ilusionista; lo que no puede lograr lo relata con verosimilitud, utilizando una contundente, encendida y convincente verba inflamada que suele estar acompañada de datos que, como los difundidos recientemente en torno al secuestro de armas de fuego el año pasado, son discutidos técnicamente por expertos.
A todo esto, por formar parte – en uso de licencia – del Ministerio Público de la Acusación y jefe nada menos que del Organismo de Investigaciones, es evidente que tiene acceso a expedientes y datos “no oficiales” u oficiales que no podrían difundirse de causas en trámite, con los cuales encandila a sus superiores que anhelan ver tras las rejas a “los – políticos- cómplices con las mafias”, comenzando por el peronista senador Armando Traferri, pero con la mira telescópica en otros personajes de la oposición radical-socialista.
Desde el poder político encumbrado en la Casa Gris siguen “bancando” a Saín en el convencimiento de que es el indicado brazo ejecutor de los deseos gubernamentales para “darle pelea frontal a las mafias”; desde la oposición que Sain promete a sus jefes políticos desenmascarar, lo chicanean incluso diciendo que hoy esas mafias están más activas que nunca.
Mientras tanto, a esta altura el resto del peronismo se preocupa. Un encumbrado diputado oficialista confesó que le pidió al Ministro Corach parar “con tirarnos con audios por la cabeza; si ustedes tienen audios ellos – por la oposición- también, y así no vamos a llegar a ningún lado”, se sinceró. Otro diputado, en este caso opositor radical ilustró: “Saín con sus audios y carpetazos es como la fiesta sorpresa a un amigo, que de tanto hacerlas, el supuesto sorprendido ya le envía las tarjetas de invitación a los sorprendedores”.
Nota de la redacción: al momento de escribir estas reflexiones, Saín continúa en su cargo; cuando los lectores las lean, no sabemos.