«Soy Juan Carlos Zárate, tengo 54 años, padezco diabetes, artrosis e hipertensión, desde hace 35 años vivo en la zona y trabajo como peón rural, aquí en Isleta Norte. Mi hermano de sangre, José Luís Castillo y su hijo Maximiliano, que es concejal de Villa Ocampo, desde el año 2014 nos hacen la vida imposible para quedarse con nuestro terreno», expresó el denunciante.
«Mi patrón alquiló un campo de un señor de apellido Gerometta y me permitió hacer una huerta donde, desde el año 1998, siembro mandioca, batatas, zapallos, calabazas, sandías y esas cosas, para consumo propio y para vender, ya que con mi esposa María Silvina Morales, tenemos nueve hijos», comenzó diciendo Juan Carlos Zárate.
«Desde el año 2014 nos hacen la vida imposible para quedarse con nuestro terreno, que en total, entre lo que me permitió de por vida Gerometta y parte de la calle pública, ocupa un cuarto de hectárea».
«En mi terreno construyó la radio y edificó un salón con el dinero que les da la agrupación ‘’Obreros del surco’’ y el estado nacional en los distintos programas de ayuda social, como por ejemplo ‘’La agricultura familiar’’, siempre se quedan con todo los beneficios y aportes varios, él y sus hijos, pero en definitiva, YO no vengo a denunciar eso, simplemente un pantallazo para que lo conozcan, al instalar la radio y el salón, me prohíbe ingresar a mi terreno que desde hace 23 años vengo sembrando y larga los animales vacunos que él tiene en mi sembrado, dicho sea de paso, todos esos animales fueron donaciones de personas solidarias para la agrupación Obreros del Surco y él se las apropió como suya», agrego Zárate.
«Las persecuciones son diarias, cuando José Luís y su hijo Maximiliano, el ahora concejal, me pidieron que desista del terreno y se lo entregue a ellos, YO no accedí a su petición, entonces empezaron a hostigarme de todas las maneras posibles, largando los animales a mi huerta para que me destroce el sembrado, me arrasaban el alambrado con el tractor de la agrupación, y cuando mis hijos le preguntaban porque hacía eso, rápidamente llamaban a la policía, denunciándonos como agresores, cuando en realidad los violentos agresores son ellos», insistió.
«Tal es el caso del hijo menor de José Luís, que se llama Facundo Castillo, que el día miércoles 17 de febrero, conduciendo el tractor de la denominada agrupación Obreros del surco, me destrozó todo el alambrado, rompiendo los postes y luego el concejal envió a su hermana a realizar la denuncia ante la jueza Isabel Arroyo de Villa Ocampo».
«En este caso, la señora Jueza, únicamente escuchó a una de las partes, que son los agresores y usurpadores, dictando para mi hijo que vive en el ranchito que ellos quieren derrumbar y para mí, una medida de restricción, porque además acusaron que nosotros amenazamos con arma de fuego; primero y principal, jamás amenazamos a nadie y segundo que nosotros somos personas de bien, de trabajo, no conocemos armas de fuego, nunca lo tuvimos. La jueza tendría primero que allanar nuestras viviendas y comprobar si existe o NO arma de fuego en las mismas y después tomar las medidas restrictivas que tomó», acotó.
Por último, dijo: «El motivo principal del concejal Maximiliano Castillo y su papá José Luís Castillo, es quedarse con nuestro terrenito, pero NO podemos permitir que eso suceda, por eso hablamos, para que las personas de bien se enteren quienes son éstas personas que toda la vida vivieron de la mentira, mintiendo a la gente, a las instituciones, al estado nacional y/o provincial, diciendo que ayudan a los más necesitados desde la conducción «Obreros del surco» y jamás entraron al surco de un cañaveral o algodonal, se quedan en forma particular y familiar, con todas las ayudas que reciben para las cuarenta personas que ellos dicen representar», termina diciendo el señor Juan Carlos Zárate.
gentileza: antonio ávalos – las toscas multimedios