Un relevamiento de The Cyprinus indica que los seres humanos repiten patrones más de lo que estarían dispuestos a admitir. Consideran que sus consumos originales y super específicos, los numerosos sesgos psicológicos disponibles muestran lo contrario, con altas dosis de uniformidad en sus decisiones. Nuevos consumos en pandemia.
Big data, data lakes y montañas de información. Según sitios especializados, 1.7 MB de datos fueron creados por segundo en 2020. Entonces, las empresas que puedan capturar esos datos son las que habrán encontrado el tesoro.
El problema es, claro está, cómo activar esos datos y optimizarlos para usarlos a favor del negocio. «La gente sabe que es big data pero no sabe para qué lo quiere.» sentencia Silvio Pestrin Farina, fundador y CEO de The Cyprinus empresa que desembarcó recientemente en Argentina y que permite conocer la «vida real» de los consumidores.
«En The Cyprinus analizamos más de 170 atributos del consumidor, que van desde intereses y hobbies, educación hasta el comportamiento digital o sus hábitos en cuanto a preferencias gastronómicas. Toda esta información es analizada por especialistas en big data y data scientists, lo que otorga precisión al tratamiento de la información.»
Según un relevamiento de la empresa el 71% de los consumidores recurre a las redes sociales en busca de confirmación de otros usuarios, y un 75%, una vez que probó una marca luego la repite en compras sucesivas. Debido al confinamiento, más de la mitad de los encuestados declaró que no le molestaría repetir el formato streaming en un futuro, y quienes compraron online por primera vez (37%) afirman querer repetir la experiencia.
Este trabajo de análisis minucioso tiene un lado B. Los consumidores se muestran mucho más previsibles de lo que están dispuestos a admitir. Mientras que para ellos sus decisiones -y consumos- son tomados en base a razonamientos lógicos precisos, muchas veces la emoción se apodera del proceso y no hacen más que confirmar las creencias pre constituidas o que siguen a su grupo de pertenencia.
Los sesgos psicológicos son un factor importante a tener en cuenta ya que pueden llevar a una distorsión, juicio inexacto, interpretación ilógica, o lo que se llama en términos generales irracionalidad, que se da sobre la base de la interpretación de la información disponible.
Hay varios tipos de sesgos:
–el efecto de anclaje, que describe la tendencia humana común a confiar demasiado en la primera información ofrecida al tomar decisiones;
-el sesgo de punto ciego, que es la tendencia a no darse cuenta de los propios prejuicios cognitivos y de considerarse original y de no repetir patrones.
-el sesgo de actualidad, que le da mayor importancia al evento más reciente y;
-el «efecto de arrastre», que no es otra cosa que la tendencia a hacer (o creer) cosas porque muchas otras personas hacen (o creen) lo mismo.
Esta delimitación es necesaria ya que los sesgos son variables a tener en cuenta para extraer de los consumos o hábitos de los consumidores, para luego sacar una radiografía lo más exacta posible de su «minuto a minuto». En la cuarentena hubo situaciones particulares y atípicas de consumo, como la tendencia de los shows vía streaming.
«Lo que más llama la atención es el cambio producido en los hábitos de consumo relacionados con la industria del entretenimiento. Streaming de shows como el principal factor de cambio. El consumidor por primera vez adopta el canal digital para servicios de entretenimiento que únicamente consumen presencialmente. Esto hace que la industria completa del entretenimiento cambie su estrategia de negocio en forma abrupta y nuevos jugadores adopten espacios de oportunidad», menciona el CEO de The Cyprinus. Esto hace que se tengan que «recalcular» constantemente nuevas estrategias para nuevos hábitos, que están en permanente cambio y transformación.
En The Cyprinus se procesan por día 1700 millones de registros, analizando 175 atributos del consumidor.