El gobierno logró un buen resultado con la reestructuración de la deuda pública bajo legislación extranjera. El campeonato es largo y siguen partidos difíciles. Estamos en una situación inédita desde que llegó la democracia, déficit del 12% del PBI y caída del 15% del mismo. Un desafío para todos.
Por Salvador Di Stefano
Asesor en Negocios, Económico y Financiero
El gobierno logra la adhesión de los bonistas rebeldes y con esto reestructuraría la deuda bajo legislación extranjera. En breve se reestructura la deuda bajo ley argentina, un partido fácil, de local y con el referí del lado del gobierno.
El tercer partido es mucho más difícil, Argentina juega de nuevo de visitante con el FMI. Un partido plagado de problemas, el referí no estará de nuestro lado, no habrá revancha y si no ganás, te quedás sin financiamiento. Un empate no le conviene a ninguno de los dos. Se define por penales.
Mientras el gobierno festejaba la reestructuración de la deuda pública, las acciones digerían las subas de los días previos. Los bonos se acercaban a los valores alcanzados en la negociación. Los agentes económicos compraban dólares futuros, y el Estado los vendía tratando de llevar calma a los mercados.
En medio de tantas noticias, emergía en el escenario la recaudación tributaria de julio, con varios temas para destacar:
. – La recaudación tributaria creció el 24% anual, cuando se espera que la inflación no sea menor al 40% anual.
. – La recaudación del IVA impositivo o popularmente llamado consumo creció el 3,2% anual, esto implica que estamos en una gran recesión o que se incrementó la informalidad, tal vez sea un mix de ambas situaciones.
. – Lo recaudado por el impuesto país (el impuesto del 30% que se aplica a la compra de dólar ahorro) superó la recaudación de Bienes Personales, Derechos de importación, y Combustibles en forma individual. Queda confirmado que el deporte nacional es comprarle los U$S 200 al Banco Central.
Con la recaudación de julio ya podemos estar estimando un déficit fiscal primario de $ 300.000 millones, ya que el impacto del aguinaldo en la recaudación elevará el déficit notoriamente. Esto elevaría el déficit fiscal a $ 1.200.000 millones para los primeros 7 meses del año, todo financiado con emisión monetaria, y posterior retiro del dinero vía letras del Banco Central.
Como podemos apreciar, la reestructuración de la deuda pública no trae la solución al desfasaje de gastos e ingresos que tiene el gobierno producto del colapso productivo que nos generó la extensa cuarentena que llevamos adelante por razones sanitarias.
Argentina tiene por delante un duro campeonato, cuando lleve adelante la renegociación de la deuda con el FMI, deberá optar por un plan amarrete de corto plazo con metas muy laxas, o bien un plan de facilidades extendidas de más largo plazo, pero con metas cuantitativas y cualitativas más rígidas.
Con el FMI no hay política que valga, el país deberá presentar un plan para salir de la crisis, que contemple cómo incrementar ingresos fiscales, achicar gastos y al mismo tiempo realizar reformas estructurales que generen condiciones para la inversión y exportación.
Argentina tiene una balanza de dólares muy escasa, la balanza comercial para este año podría ser superavitaria en U$S 15.000 millones, pero a costa de una restricción de importaciones. No llegan inversiones directas ni dólares financieros, tampoco tenemos una industria turística que nos aporte divisas.
Argentina es un país adicto al dólar, la balanza turística del año 2020 nos da un déficit de U$S 657 millones, en junio 2020 se vendieron pasajes por U$S 110 millones. Tenemos déficit hasta con las fronteras cerradas.
Conclusiones
. – Argentina está jugando un campeonato muy largo, y debe subir varias categorías hasta ganar confiabilidad.
. – En el año 2018 tuvimos un descenso de categoría al tener un año con sequía y corte del crédito internacional. El dólar pasó de $ 18,00 a $ 40,00.
. – En el año 2019, luego del triunfo de la alianza opositora, volvimos a descender, el dólar pasó de $ 40,00 a $ 60,00.
. – En el año 2020, la cuarentena generó un colapso de la red productiva que seguimos penando en la actualidad, otra pérdida de categoría.
. – Estamos jugando un campeonato que no conocemos. El PBI caería este año el 15%, mientras que el déficit fiscal sería del 11,9% del PBI. Nunca ocurrió en la historia económica de la democracia desde 1983 a la fecha.
. – El triángulo de las exportaciones, el campo y la industria alimenticia más la construcción privada serán dinamizadores del crecimiento. Lento, pero crecimiento al fin, para el 2021.
. – El triángulo formado por los más de U$S 15.000 millones que salieron del sistema financiero en el último cambio de gobierno, los dólares de los argentinos en el exterior más el dinero informal atesorado en caja de seguridad, son el mayor estímulo a generar un incremento de actividad si logramos seducirlos para que sean invertidos en el país.
. – Estamos en un escenario que todos desconocemos. Debemos acelerar las frustraciones para no caer en el pesimismo extremo. Agudizar el ingenio para reinventarnos y trabajar con los sectores ganadores. Potenciar las inversiones en sectores en los que podamos sacar ventajas. El que primero advierta los cambios y se adapte sacará ventajas enormes. Si no tenemos claro el objetivo, no redoblemos esfuerzos.
. – Para poder ascender de categoría necesitamos conjugar velocidad y precisión, que es el gran desafío del fútbol profesional. Unidad en el plano dirigencial. Un poco de suerte y mucho de pasión. Jugadores profesionales y mucha disciplina. Si el gobierno logra estos objetivos el ascenso es posible. De lo contrario, seguiremos jugando los sábados a la tarde.
Salvador Di Stefano
Asesor en Negocios, Económico y Financiero