Salvador Di Stefano: «Euro x dólar, Chile versus Argentina»

El mundo le regala una esperanza a Argentina, la devaluación del dólar puede ser una gran oportunidad. Partimos de la esperanza porque no tenemos capital. Chile tiene más ahorros que Argentina y se recuperaría en dos años, nosotros en 6 años.

Por Salvador Di Stefano

Asesor en Negocios, Económico y Financiero

La economía mundial muestra un panorama muy distinto post pandemia. Europa no tendrá el déficit fiscal y tampoco la emisión monetaria que está llevando adelante Estados Unidos, lo que hace que el euro se revalúe frente al dólar.

Estados Unidos le pone un subsidio a cada problema. La Reserva Federal emite todo lo necesario para comprar bonos de tesorería americano. La tasa de interés la deja en 0%. El congreso aprueba leyes con estímulos fiscales infinitos. El déficit fiscal americano se potencia, y los inversores salen a desprenderse de los dólares y buscan refugio en monedas de alta liquidez, como podría ser el euro a escala mundial.

No deberíamos perder de vista al yuan, la economía china crecería mucho más que la americana, con más población, igual territorio y altas reservas en dólares, el yuan es una moneda que podría alcanzar una alta apreciación, hoy cotiza a 7 yuanes por dólar.

En un escenario de dólar devaluándose como mínimo un 10% frente al resto de las monedas, los inversores salen en busca de activos que sean resguardo de valor. El oro mostró una suba del 50% en los últimos meses, y la plata superó el 90%. Son compras que buscan resguardar valor, el oro alcanzó un record histórico, a la plata le falta mucho más para ese logro.

Probablemente, luego de que las materias metálicas toquen nuevos máximos, empujadas por la escasez de oferta producto de la menor actividad en las minas por el covid 19, probablemente sea el turno de otras materias primas, y allí dice presente Argentina.

Una devaluación del dólar a escala mundial sería muy buena para nuestro país, nuestra deuda está nominada en dólares, y esto implicaría una eventual licuación de este pasivo. Si a esto le sumáramos una probable suba de las materias primas que exportamos, sería una noticia formidable para nuestro país.

Según los libros de texto, la gran emisión americana, buscando comprar deuda del Tesoro y aplicada al gasto público, debería inundar la plaza de dólares, lo que traería consigo un escenario de devaluación de la moneda y posterior presión inflacionaria. Si bien por el momento los mercados de futuros no muestran una suba de tasas, y los pronósticos de inflación son muy bajos, una recuperación de la economía americana podría generar una fuerte suba de precios. La oferta monetaria en Estados Unidos crece a un ritmo del 24% anual, y el déficit de cuenta corriente es cada vez más elevado.

Un escenario en donde se combine la devaluación del dólar, y la posibilidad de una alta inflación en Estados Unidos podría ser favorable para nuestro país.

Argentina debería apurarse en cerrar la reestructuración de la deuda pública, y lanzar un paquete de medidas que impulsen la inversión y la exportación.

Lamentablemente para este año se espera un déficit fiscal primario equivalente a 8,8% del PBI, el pago de intereses rondaría el 3,1% y el déficit total el 11,9% del PBI. La economía caería este año el 14,5% y para el año 2021 podría crecer el 7,5%. Para volver a tener el PBI del año 2019 tendríamos que crecer un 8,8% adicional, esto implicaría, en el mejor escenario, 4 años más a un crecimiento del 2,2% por año. Recién recuperaríamos el nivel de PBI del año 2019 en el año 2025.

Con este diagnóstico, el gobierno debería cerrar la reestructuración de la deuda pública, y comenzar a trabajar en el programa de crecimiento económico, con la mirada puesta en recuperar lo antes posible el PBI que teníamos antes de la pandemia.

Lamentablemente, no estamos advirtiendo la gravedad de la crisis, y la oportunidad que nos brinda el contexto internacional. Brasil, en esta coyuntura, bajó la tasa de interés de corto plazo, incrementó las exportaciones y logró doblegar la devaluación del real, luego de tocar 6 reales por dólares hoy se ubica en 5,15 reales por dólar.

Chile es otro ejemplo, el gobierno chileno tiene reservas por U$S 37.000 millones, un fondo anticíclico por U$S 14.000 millones y un fondo de pensión por U$S 201.000 millones. La población de Chile es de 19 millones de personas, y en el sistema de Fondos de Pensión tienen registrados 10.850.000 trabajadores, un 57% de la población.

Argentina tiene reservas por U$S 43.379 millones, de las cuales reales son U$S 10.200 millones. No tenemos fondo anticíclico. El stock de dinero ahorrado en el Fondo de Garantía Sustentable (FGS) en el Anses suma U$S 40.630 millones, de los cuales el 86% son títulos públicos o acreencias que encuentran cierta dificultad de hacerlos líquidos. El total de empleados asalariados registrados suma 10.559.000, de los cuales 3.500.000 son del sector público. Si tomás los empleados asalariados registrados sobre la población total representan el 23,5% de la población.

Conclusión

. – El dólar se devalúa a escala global, esto representa una esperanza para las economías emergentes, probable suba de materias primas y expectativas de crecimiento.

. – Argentina debería resolver de inmediato el problema de la deuda y poner arriba de la mesa un plan para crecer.

. – No estábamos preparados para esta crisis, carecemos de reservas, fondo anticíclico, tenemos pocos trabajadores registrados y el Fondo de Garantía Sustentable del Anses, en el mejor escenario, es realizable en unos U$S 5.667 millones.

. – Mientras Chile entre reservas, fondo anticíclico y fondo de pensión suma U$S 251.100 millones para un PBI de U$S 273.000 millones. Argentina entre reservas y FGS de Anses cuenta con U$S 84.009 millones, sobre un PBI de U$S 335.000 millones. Si sumáramos las reservas reales y lo realizable del FGS sumaríamos apenas U$S 15.867 millones.

. – Argentina no tiene capital para enfrentar esta crisis, necesita inversiones con un plan económico atractivo, por eso tiene que cerrar la reestructuración de la deuda ya mismo. Alberto Olmedo decía “éramos tan pobres”, hoy decimos “somos tan pobres”.