Dentro de un contexto en donde los clubes del norte del Departamento General Obligado se encuentran, desde hace ya 4 meses, imposibilitados de realizar beneficios a través de juegos de azar, da la impresión de que las únicas perjudicadas con esta prohibición son las instituciones deportivas.
Diversas entidades de bien público vienen recurriendo a este tipo de actividades y las hacen públicas, sin embargo, parecería que a las autoridades regionales no les interesa el devenir de aquellos ámbitos en donde los jóvenes pueden desarrollar actividades físicas y relacionarse a través de la práctica de distintas disciplinas; peor aún, toman inexplicables decisiones que perjudican cualquier capacidad de crecimiento y sostén que pueden llegar a tener, con restricciones absurdas que hasta el día de hoy no son reparadas.
Esta crítica no persigue la intención de que, por ejemplo, instituciones religiosas no puedan llevar adelante sus necesarios beneficios, sino que se direcciona en el sentido de que todos puedan estar amparados bajo el mismo criterio.
Gentileza: Roberto Suárez – el preliminar radio