La sequía y la bajante histórica del río Paraná dejó en evidencia la cantidad de basura acumulada en las costas de Santa Fe y agravó el problema de los incendios en las islas.
Desde la ONG El Paraná no se toca, Jorge Bartoli, afirmó a De 12 a 14 (El Tres) que además de los residuos que se hicieron visibles al retirarse el agua en algunas zonas ribereñas preocupan problemas “no tan evidentes pero que existen, como la contaminación del agua”.
Bartoli dijo que la cuenca a la que pertenece el Paraná “abastece de agua potable a 100 millones de personas” pero en los mismos ríos se vuelcan “los resuduos cloacales, industriales y químicos de la actividad agrícola”, como el glifosato, por ejemplo.
(Un estudio realizado por investigadores del Conicet en cooperación con la Prefectura Naval demostró la existencia de glifosato -un herbicida recategorizado como «probablemente cancerígeno» por la OMS- en la cuenca del Río Paraná, con «altos niveles» en los sedimentos acumulados en la desembocadura de 23 arroyos y cursos que tributan a sus aguas desde el Río Pilcomayo hasta el Luján).
“En Rosario los residuos cloacales se arrojan crudos al río, sin tratamiento. Todo eso es un combo muy complejo”, advirtió. Sumó que en “la provincia se construyeron varias plantas potabilizadores y al río le pedimos cada vez más agua mientras que le devolvemos un residuo cada vez peor”.
Fuente: Rosario3