Es innegable decir que el virus del Covid-19 se llevó y lleva toda la atención tanto en los medios de comunicación como en las decisiones y agenda política. Pareciera que demostrar la ocupación y preocupación por este virus es la vara con la cual se mide todo, desde un aislamiento obligatorio y estricto en las casas hasta el cierre de fronteras provinciales. Con esto no decimos que hay que romper la cuarentena o no aceptar la existencia de este virus. No negamos la realidad mundial ni que el aislamiento sirve.
Pero estas acciones llevadas a cabo dejan entrever que no se han tenido en cuenta a los sectores vulnerables y personas vulnerables. Entiéndase: hacinamientos de familias en barrios vulnerables, víctimas de violencia doméstica y género, abusos de las fuerzas de seguridad utilizadas para contener y controlar el aislamiento obligatorio, personas con discapacidades y enfermedades crónicas, adultos mayores sin familias, personas en albergues, personas en la calle, personas enfermas diagnosticadas que se realizan tratamientos en grandes ciudades pero viven en otras provincias.
la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina y la Cámara de Entidades de Diagnóstico y Tratamiento (ADECRA+CEDIM), indicó que disminuyeron 74% las consultas por emergencias, 73% por cirugías generales y 62% por anginas de pecho o síndromes coronarios agudos en abril y lo que va de este mes.
El temor al contagio generó una caída de entre 50 y 80 por ciento en las consultas, por lo que se estima que hay un mayor riesgo de problemas cardiovasculares, síntomas de accidentes cerebrovasculares u oncológicos, por lo que se estima que sólo por enfermedades cardiológicas hay riesgo de que ocurran entre 6.000 y 9.000 muertes adicionales al año que las habituales, según un documento de clínicas privadas.
El texto que fue presentado por la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina y la Cámara de Entidades de Diagnóstico y Tratamiento (ADECRA+CEDIM), indicó que disminuyeron 74% las consultas por emergencias, 73% por cirugías generales y 62% por anginas de pecho o síndromes coronarios agudos en abril y lo que va de este mes.
También se redujo 46% la cantidad de personas que ingresaron por accidentes cerebrovasculares (ACV) y 16% las prestaciones de quimioterapia y radioterapia.
Matías Fosco, director médico del Hospital Favaloro, dijo a Télam que «una estimación reporta que de no corregirse esta situación hay riesgo de que se produzcan entre 6.000 y 9.000 muertes adicionales de las que ocurren habitualmente por problemas cardiovasculares en la Argentina».
Fosco reveló que actualmente los hospitales monovalentes «tienen un 50% ocupada su internación común y 55% el área crítica, por lo que hay medio hospital vacío y en esto tuvo que ver la pandemia de coronavirus».
«La reticencia de la gente a salir de su casa, a consultar ante un síntoma y la confusión del aislamiento con no concurrir al médico generaron esta situación», evaluó.
El médico aseguró que los hospitales están preparados para la atención con medidas de seguridad ante la Covid-19 pero advirtió que «las otras enfermedades siguen su curso y algunos pacientes llegan a la guardia luego de haber estado cursando uno o dos días con síntomas leves de un infarto».
«Este no es un problema sólo de la Argentina, en Nueva York se ha detectado que las enfermedades cardiovasculares aumentaron cuatro o cinco veces partir de la pandemia y muchas personas fueron encontradas fallecidas en sus casas de un infarto«, agregó.
El informe de Adecra destacó que «la caída de 60% en la cantidad de angioplastias coronarias y cirugías de by pass es alarmante», ya que tocan de manera directa la principal enfermedad en el mundo occidental.
«De igual manera, 62% menos de internaciones por cuadros coronarios agudos abre la preocupante presunción de que los pacientes, por miedo al coronavirus, estén cursando cuadros de infartos y anginas de pecho inestables en su casa, exponiéndose a secuelas y riesgo de muerte», según el informe.
Rosco advirtió también que la demanda de atención puede retrasarse uno o dos meses más «y cuando la gente empiece a entender que hay que ir al médico, se corre el riesgo de que estén aumentando los casos de coronavirus, entonces se produciría una doble vía de cuello de botella en la atención»
Federico Colo, director médico del Instituto Alexander Fleming, especializado en tratamientos oncológicos, aseguró que la reducción en la atención de pacientes con estas patologías fue de entre 35 y 40% desde el inicio de la cuarentena y cayeron 45% la cirugías oncológicas.
«La gente dejó de venir por un doble mensaje, por un lado las clínicas monovalentes salieron a decir que no vengan a consultas porque no se atendía a raíz de la pandemia y que no había consultorios disponibles, a lo que se sumó el temor al contagio si se salía a la calle», explicó.
Colo precisó que «teníamos muchos pacientes que venían del interior del país para seguir un tratamiento luego de un primer diagnóstico en sus provincias. Ahora ni siquiera vienen porque no hay diagnóstico precoz».
«Solo viene el que tiene síntomas o el que notó algo pero de este sector hay muchas menos consultas porque tienen temor a salir. Esto genera que la lesión sea más extensa y el tratamiento que se le puede dar sea menos eficaz», insistió.
El especialista del Fleming aseguró que «el paciente oncológico es un grupo de riesgo para el coronavirus porque es inmunosuprimido, mucho más los que hacen radio o quimioterapia» y destacó que cuando se levante el aislamiento «si había turnos de hasta 25 días para un oncológo, después será con más extensión por el cuello de botella y el estadío de la enfermedad será peor».
El informe de Adecra indicó que la caída en la cantidad de estudios realizados para tratamientos de cáncer de colon fue de hasta 80%, por lo que de prolongarse será inevitable que aumenten los diagnósticos tardíos y con peor pronóstico en una enfermedad que produce 13.000 casos al año.
Máximo Zimerman, director del Centro CITES-INECO, especializado en tratamientos de ACV, dijo que «actualmente seguimos en la primera ola de la Covid-19, que es la utilización de todos los recursos humanos para la pandemia, pero no estamos viendo que ya vienen la segunda, tercera y cuarta ola, que son las enfermedades no tratadas por poner el foco en el coronavirus».
«Hay muchos pacientes que pasaron por un ACV, se están rehabilitando y no vienen a realizar las consultas. La Telemedicina no es la solución. En algunas provincias que tenemos centros de rehabilitación hace 40 días que no concurren los pacientes», precisó Zimerman.
Indicó además que las situaciones derivadas del confinamiento como ansiedad, estrés, angustia y estrés pos traumático pueden agravar los síntomas de Parkinson u otras enfermedades cognitivas, y a eso se le suma la depresión.
Datos: Télam