El coronavirus aceleró plazos y corrió velos en el mundo entero. En la política lugareña no pasará sin dejar rastros. El peronismo gobernante y su oposición frentista deberán prestarle mucha atención a la convalecencia del COVID-19 . El tiempo dirá si los robustecerá o terminará abriéndole las puertas a nuevos patógenos.
Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
Si las relaciones entre el oficialismo y la oposición, básicamente con el socialismo venían deshilachadas, el coronavirus las destiñó aún más. Y algo más peligroso aún: el COVID-19 ingresó delicadamente en el cuerpo del FPCyS, sobremanera en el radicalismo luego de lo ocurrido el pasado jueves en la Cámara de Senadores.
Paralelamente, la crisis sanitaria cerró filas en el peronismo detrás del Gobernador Omar Perotti y la resbaladiza Ley de Necesidad Pública, cuya corta historia es probable que se cierre, no sin sobresaltos, esta semana en Diputados.
Los diputados radicales quedaron absortos ante decisiones políticas de sus correligionarios de la Cámara Alta el pasado jueves, que a todas luces consideran que los expone.
Piensan los diputados radicales, que tal vez la desesperación por obtener fondos para sus territorios haya obnubilado la razón política de sus correligionarios; al fin y al cabo lo había expresado tajantemente el representante del Departamento Gral López Lisando Enrico un par de días antes: “los problemas no sólo los tiene Omar Perotti, sino los 365 gobiernos locales”.
Otros, que analizan la política despegándola de la coyuntura epidemiológica, esperan que los posicionamientos políticos de cara al 2021 de encumbrados dirigentes radicales (José Corral y Mario Barletta) no terminen contaminando al Partido. Esta columna lo advirtió antes de la pandemia con el subtítulo “el experimento San Guillermo”; por entonces, primera semana de marzo, se sucedían comidas y reuniones. Luego la desgracia frenó todo. ¿Frenó todo?.
Perotti y los fondos
La dinámica asesina del coronavirus con su patética estadística diaria mundial – y ya local- de muertos por sus efectos, pulveriza los tiempos reales; y nos sumerge en lo paranormal: pareciera que hace mucho tiempo que los radicales y socialistas en una sesión de emergencia sancionaran una nueva versión – y van – de la Ley de Necesidad Pública, con el adosado de seis mil millones de pesos para que el Gobernador atendiese la crisis sanitaria. Y fue el miércoles pasado.
Al día siguiente, el jueves, los senadores acordaron unánimemente desentenderse de aquella media sanción, y aprobarle al Gobernador Perotti una autorización de endeudamiento por quince mil millones de pesos. Los radicales consiguieron a cambio incorporar tres mil millones, dentro de esa cifra, para que los gobiernos locales administren la pandemia. También lo que desde hacía rato se les venía negando: que el 50 % de los fondos de Obras Menores sean de libre disponibilidad; en este caso para pagar sueldos y otras obligaciones urgentes.
Esta semana sesionará Diputados. Deberá transformar en ley la autorización para que Walter Agosto salga a pedir en el sistema bancario los quince mil millones que le convalidará el parlamento.
En cuanto a la Ley de Necesidad Pública, el FPCyS asegura que no se desviará de su camino: con delegaciones de facultades no corre. Y como es el último pase, quizás termine en una vía muerta.
Mientras tanto el país, el mundo, se prepara para el “día después”; en Santa Fe el Ministro de la Producción Daniel Costamagna junto a sus pares del gabinete, se apresta a potenciar las vitaminas que ayudarán a recuperar el cuerpo social tras la severa gripe: la producción. Se aguardan medidas muy importantes.