Es fundamental que las patologías preexistentes se mantengan estables y se continúen los tratamientos o medicación en cada caso.
El COVID-19 está afectando a toda la población argentina, desde el cambio de rutina hasta las precauciones que se toman para evitar el contagio. Pero en el caso de los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas, uno de los grupos de riesgo más vulnerable, estas medidas de prevención deben profundizarse.
Hablamos de pacientes con enfermedades frecuentes como asma, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), enfermedades intersticiales, enfermedades agudas como neumonía o bronquitis, y apneas de sueño.
¿Qué produce el COVID-19?
Es productor de una neumonía -llamada SARS2- que genera una inflamación del parénquima pulmonar, el espacio donde la sangre se oxigena. Al existir esta inflamación, y según la gravedad del compromiso, puede haber una disminución de la capacidad de oxigenar la sangre.
Por lo tanto, en los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas, aunque estén estabilizados, la presencia de una infección pulmonar de este tipo -tanto en cuadros leves, moderados o graves- puede obligar a una internación en terapia intensiva. Esto se debe a que sufren una descompensación de su enfermedad, que se manifiesta con más fuerza a través de una insuficiencia respiratoria o un esfuerzo para respirar.
¿Cómo prepararse?
En primer lugar, es fundamental que estos pacientes mantengan su enfermedad crónica lo más estabilizada posible. Con ese fin, es de suma importancia que continúen con su medicación habitual, desde broncodilatares hasta corticoides o medicación oral, y siempre según las indicaciones del médico responsable de su tratamiento. Los pacientes que realizan actividad física como parte de su rehabilitación, deben intentar darle continuidad dentro de sus hogares.
Recomendaciones del Ministerio de Salud para la prevención de infecciones respiratorias en pacientes con patologías crónicas:
– Distanciamiento social (mantener dos metros de distancia entre personas)
– Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o alcohol en gel.
– Toser o estornudar sobre el pliegue del codo o utilizar pañuelos descartables.
– No llevarse las manos a la cara.
– Ventilar bien los ambientes de la casa y del lugar de trabajo.
– Desinfectar bien los objetos que se usan con frecuencia.
– No automedicarse.
– Permanecer en el domicilio la mayor parte del tiempo y minimizá el contacto social.
– Evitar el contacto con personas con síntomas respiratorios o personas que volvieron de zonas de transmisión en los últimos 14 días.
Vacunarse contra la gripe y el neumococo
En caso de presentar síntomas (fiebre y tos, dolor de garganta o dificultad para respirar), aunque sean leves, consultar inmediatamente al sistema de salud, siguiendo las recomendaciones locales, para saber cómo hacer correctamente la consulta. Ejemplo: 107 en CABA, 148 en Provincia de Buenos Aires, 0800-222-1002 a nivel nacional.
Asesoró: Dr. Carlos Luna (M.N. 46388), ex presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), miembro de la Sección de Infecciones Respiratorias de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y Prof. Titular Consulto de Medicina, Orientación Neumonología, Facultad de Medicina, Hospital de Clínicas, Universidad de Buenos Aires.
AAMR Prensa