Dejar de fumar, consultar a un neumonólogo y buscar un diagnóstico temprano son las principales recomendaciones de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
Cada año se diagnostican en el mundo 14 millones de casos de cáncer nuevos y 8,2 millones de muertes, 25% de las cuales son atribuibles al cáncer de pulmón. En nuestro país, se calcula que el cáncer de pulmón se cobra 9000 vidas al año, muchos de estos casos podrían ser prevenidos.
El cáncer de pulmón se produce cuando grupo de células crecen descontroladamente y desarrollan la capacidad de invadir tejidos vecinos o de diseminarse a distancia a través de la sangre o el sistema linfático. Diversos estudios sobre el comportamiento de las células frente a los tóxicos que forman parte del humo del tabaco permitieron demostrar que éstos facilitan los errores genéticos, produciendo cáncer.
A pesar de la lucha contra los factores etiológicos, su incidencia global se incrementa un 0.5% anualmente y la mayoría de los casos se diagnostica entre los 55 y los 75 años, pero actualmente se ven casos entre los 35 y 40 años. Además, el tabaquismo de segunda mano, es decir el humo que inhala el no tabaquista pero que comparte un espacio con el fumador, ha sido también asociado al desarrollo del cáncer de pulmón. Por lo tanto, dejar de fumar significa una mejora en la salud y prevención del cáncer no solo para el fumador, sino también para quienes lo rodean.
La industria del tabaco y su estrategia de marketing generaron que cerca de 1/4 de la población mundial sufriera adicción al tabaco. En una primera instancia fue introducido en el público masculino y posteriormente la industria tabacalera se insertó en el mercado femenino. A pesar de múltiples leyes sancionadas en los últimos años que ayudan a concientizar a la población acerca del daño del cigarrillo, en Argentina casi la tercera parte de la población sigue fumando. Esto conlleva no solo a un aumento del riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, sino un sinfín de otras patologías relacionadas al tabaquismo.
La enorme mayoría de los cánceres de pulmón son diagnosticados en etapas avanzadas, cuando ya no hay oportunidades de curación. Sin embargo, para estos casos los avances científicos han desarrollado tratamientos notables. El tratamiento dirigido, en primer lugar, y posteriormente el advenimiento de inmunoterapia mejoró francamente el pronóstico de los pacientes.
A pesar de estos avances las mejores chances de sobrevida se dan cuando el diagnóstico es en estadios tempranos y es pasible de un tratamiento quirúrgico. Ya hace varios años se demostró que el screening de cáncer de pulmón mediante tomografía de baja dosis de radiación mejora la sobrevida.
La Asociación Argentina de Medicina Respiratoria recomienda:
1- Dejar de fumar: el tabaquismo es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de cáncer de pulmón. Existen diversos tratamientos de cesación tabáquica con resultados comprobados, dejar de fumar no es imposible.
2- Consultar a un neumonólogo: Si sos tabaquista activo o reciente, y tenés entre 55 y 74 años, consultá con tu neumonólogo para ver si cumplís con los criterios para realizar un screening. La detección temprana mejora la sobrevida.
3- Que el miedo no gane: Existen múltiples tratamientos en varios estadios de la enfermedad, con lo cual el diagnóstico de esta patología no debe ser visto como el final de la vida, sino como una enfermedad grave con la que hay que luchar y para la que existen múltiples opciones de tratamiento. El enfoque multidisciplinario entre el grupo de salud tratante (neumonólogo, oncólogo, cirujano, médicos paliativistas y otros) también mejoran las perspectivas de tratamiento y calidad de vida.
Asesoró: Dr. Sebastián B. Lamot (MN 117888), Sub-Coordinador de la Sección Oncología de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria. Médico Neumonólogo.