La Universidad Siglo 21 relevó que solo el 15,2% de los Millennials que padecen Burnout, es feliz en su trabajo. Los jóvenes con este síndrome tienen menor orgullo de pertenecer a su organización, no se sienten valorados y son los menos satisfechos con la remuneración económica que perciben.
Buenos Aires, 16 de enero de 2020. La Universidad Siglo 21, mediante su Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales, presentó una nueva investigación que analiza el Burnout en diferentes generaciones de argentinos. La muestra arrojó que el gran agotamiento impacta más en la felicidad de los Millennials. Se estima que, en los trabajadores con Burnout, tan solo el 15,2% es feliz en su trabajo, seguido por los integrantes de la Generación X (26,1%) y los Baby Boomers (41%).
Cabe recordar que las principales características del Burnout son: pérdida de energía y motivación (agotamiento), sensación de desvalorización de sus tareas (cinismo), sensación de conflictividad interpersonal (despersonalización) y percepción de que no se tienen las competencias que su puesto requiere para hacer frente al estrés laboral (ineficacia percibida).
A su vez, tiene consecuencias en los niveles de productividad, creatividad, accidentología y presentismo. Tanto es así, que el año pasado la Organización Mundial de la Salud la incluyó en la Clasificación Internacional de Enfermedades como un problema asociado al empleo.
Los resultados más importantes del estudio reflejan que:
No todas las cifras son negativas: los llamados Millennials “burned-outs” están más satisfechos con la colaboración en los equipos laborales que otras generaciones (43%, frente al 39,4% de la generación X y el 34,2% de los Baby Boomers). En términos generales, según estos datos, los jóvenes trabajadores con Burnout tienen menor orgullo y sentimiento de pertenencia con su ámbito institucional, no se sienten valorados y son los menos satisfechos económicamente, en comparación con otras generaciones.
Con estos resultados queda un amplio espectro de indicadores para trabajar, sobre todo en las adaptabilidades de las nuevas formas de trabajo, los sentimientos de las nuevas generaciones, las necesidades que manifiestan y las competencias a desarrollar para gestionarlas dentro de los espacios de trabajo.