Como cada año, esta fecha aniversario nos invita a reflexionar sobre nuestro pasado; a rescatar de la historia esos momentos y esos nombres que modelaron nuestra comunidad. Pero no deberíamos hacerlo únicamente desde la curiosidad que nos puede despertar determinados datos anecdóticos de lo que fuimos; sino que esa revisión debería servirnos para entender nuestro presente y, fundamentalmente, darnos herramientas útiles y valederas para afrontar los desafíos del futuro.
Conocer el majestuoso emprendimiento encarado por nuestro fundador Don Manuel Ocampo Samanés; el que no sólo estampó el nombre “Villa Ocampo” en la geografía nacional, sino que fue un verdadero ejemplo de progreso en las inhóspitas tierras del Chaco Austral, habiendo desarrollado en menos de 15 años todo un complejo basado en la agricultura, la industria y los medios de comunicación más avanzados de la época, donde no había más que monte habitado por pueblos originarios.
Conocer el impulso agroindustrial que años después le brindara al pueblo Don Francisco Conti, recuperando el espíritu emprendedor de la comunidad; siendo él mismo ejemplo de compromiso y trabajo social, participando en diversas instituciones intermedias y hasta en la conducción comunal.
Conocer la influencia que tuvo en el progreso ocampense la figura de Don Santiago Aranda; un hombre bondadoso, destacado por los múltiples servicios que ofrecía a la población través de sus emprendimientos comerciales. Pero, fundamentalmente, maestro de una gran cantidad de empleados que se formaron en diferentes oficios bajo su patronazgo; permitiéndoles a muchos de ellos independizarse para encarar sus propios proyectos laborales y con gran éxito, siendo también nombres valorados en la historia local.
Conocer la noble tarea al servicio de la salud que brindaron gigantes profesionales como el Dr. José Alfredo San Martín y nuestro primer médico ocampense Dr. Esteban Galmarini, en una época en que los recursos y los conocimientos eran muy distintos a los de la medicina actual. Con sólo imaginarnos su tarea en un medio tan precario, nos provoca una enorme admiración.
Conocer el ejemplo de unidad que brindaron todos los sectores de la comunidad durante los críticos meses del Ocampazo de 1969; no sólo en defensa de sus principales fuentes laborales, sino como un aguerrido grito de subsistencia ante un modelo económico y social de exclusión, que no ofrecía alternativas y que tenía como destino convertirnos en otro pueblo fantasma del norte santafesino.
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En definitiva, conocer nuestra historia, conocer quiénes fueron sus principales protagonistas en estos 141 años de vida, nos debe servir para comprender qué comunidad integramos; y también nos debe servir para planificar la comunidad que queremos. Tenemos decenas de ejemplos para seguir; si ellos lo hicieron posible, si ellos fueron capaces de sobreponerse a la adversidad, de capitalizar sus conocimientos y habilidades, de buscar consensos detrás de objetivos comunes, de tener como único horizonte el progreso de la comunidad de la que formaban parte, ¿por qué no lo podemos hacer nosotros en los albores de un nuevo mileno, donde el avance del conocimiento y de la tecnología juega a nuestro favor?.
Y porque estamos convencidos de que podemos hacerlo, nos planteamos dejar atrás la agotada matriz productiva que dominó gran parte de nuestra historia; y, no sin recibir mansajes desalentadores, nos propusimos diseñar entre todos un Plan Estratégico Productivo que fortalezca las cadenas de valor más rentables y beneficiosas, y que impulse la creación de nuevas cadenas sustentadas en un aprovechamiento integral de nuestras oportunidades comparativas.
El incremento de la producción cárnica y de sus subproductos, el ecoturismo, la floricultura, la apicultura, la piscicultura, la producción láctea extrapampeana, las energías renovables, la metalmecánica, la economía social, la producción más limpia, el reciclado de residuos urbanos; son términos que ya no nos suenan extraños a los ocampenses.
Tampoco ya no nos causa admiración que hayamos puesto en marcha el mayor plan de obra pública que se tenga memoria; recuperando el protagonismo del Estado Municipal en la pavimentación urbana, iluminación especial, mejoramiento de plazas y espacios verdes, urbanización de nuevos lotes en sectores periféricos y parajes rurales con agua corriente y electrificación, planes de viviendas terminadas en tiempo y forma, recuperación y construcción de nuevos edificios públicos, y la ansiada obra del Puente San Vicente que nos permitirá sumar miles de hectáreas e incorporar nuevas actividades al desarrollo productivo de la ciudad.
Mirando el espejo del pasado, el que nos muestra qué y cómo lo hicieron quienes nos precedieron, estamos dándole continuidad a ese mismo espíritu progresista que los caracterizó y que nos permite hoy estar festejando 141 años de existencia.
La mejor manera de honrar sus memorias es asumir cada día el compromiso de aportar -desde el lugar que nos toque- a la unidad, entendimiento y buena convivencia entre vecinos; a la participación desinteresada en las instituciones intermedias que conforman el tejido social de la comunidad; a la recuperación plena de nuestras potencialidades productivas y laborales; a la defensa de nuestra identidad, nuestras tradiciones y todo aquello que nos amalgama como pueblo.
Este es nuestro tiempo; hagamos que las próximas generaciones nos recuerden con admiración y se sientan orgullosas de lo que fuimos capaces de legarles.
¡Feliz Cumpleaños Comunidad de Villa Ocampo!!!