Alrededor de las 10,00 horas del martes 15 de octubre, se llevó a cabo en la OGJ de la ciudad de Las Toscas, la audiencia imputativa y de medidas cautelares a la maestra jardinera Felisa Catalina Pelozo de 51 años y a su pareja Ángel Gustavo Winkler de 47 años, al gravísimo delito de «Privación ilegal de la libertad y torturas», cuya víctima resultó ser Héctor Omar López, de 48 años de edad, de profesión Camionero.
A través de un acuerdo dinerario, la calificación de la causa terminó siendo «Privación ilegal de la libertad y lesiones leves».
La mujer, Felisa Pelozo instruyó a su abogado defensor, Dr. Juan José Fariz, a que haga un ofrecimiento económico a la víctima, Héctor López, para seguir el proceso en libertad y que el delito del cual fue víctima no variará, solamente que esperarán el desarrollo del mismo fuera de la cárcel.
Quinientos mil pesos será el importe que debe pagar la pareja integrada por Felisa Pelozo y Ángel Winkler, a la víctima Héctor López, en concepto de daños compensatorios, por el término de cuatro meses, siendo la primera cuota de 200 mil pesos a las 24 horas y las otras tres de cien mil pesos en tres meses consecutivos.
El juez de la IPP, Dr. Santiago Banegas, dictaminó «Libertad con restricciones, para Pelozo y Winkler que deben cumplir con las siguientes medidas no privativas de la libertad:
– Fijar domicilio constituido;
– No salir del país,
– Concurrir a la comisaría de San Antonio de Obligado, una vez por semana a firmar,
– No acercarse a la víctima a menos de 200 metros,
– No mantener ningún tipo de contacto, ya sea por teléfono, WhatsApp, redes sociales, ni de ninguna índole con la víctima y abonar lo acordado antes de las 24 horas, la primera cuota de pesos 200 mil y luego tres cuotas mensuales, iguales y consecutivas de 100 mil pesos cada una,
– Devolver la motocicleta del secuestrado, el DNI, el teléfono celular y todos los elementos que le retuvieron el lunes 30 de setiembre, cuando cometieron el ilícito.
El hecho
Sucedió el lunes 30 de setiembre, aproximadamente a las 21,30 horas, cuando López llegó al domicilio de la señora Pelozo, después de haber acordado vía WhatsApp, que se encontrarían a esa hora para que la docente le entregue en calidad de préstamo, pesos quince mil más de lo que el camionero ya le debía.
«Me extrañó mucho – dijo la víctima – que cuando llegué estaban todas las luces de afuera apagadas y al auto lo habían ingresado retrocediendo, quedando el mismo con la trompa hacia adelante, me hizo sentar en el sofá y me pidió que vaya firmando el pagaré que ya me alcanzaba lo acordado».
«En ese momento ingresa su pareja, el señor Ángel Winkler con una arma blanca en la mano, se me acerca y me coloca el cuchillo en el cuello, ella regresa del interior de la vivienda con un arma de fuego en la mano, tipo revólver, me apunta, empieza a gritarme insultos y amenazas, me empiezan a golpear los dos, me ponen las manos en la espalda, me atan las mismas con un precinto de plástico negro que ella ya tenía en las manos, me tiran al piso, Ángel me ata los pies con una soga y la señora Felisa agarra una trincheta, corta la remera y el pantalón y me dejan en calzoncillo, el apoya las dos rodillas sobre mi espalda y me empiezan a pegar y a gritar durante varios minutos», dice Héctor López.
«Luego me colocan una bolsa en la cabeza, me desatan las piernas, me ordenan que me levante y a los empujones me llevan hacia afuera, donde estaba el auto, me tiran sobre el asiento trasero boca abajo, me vuelve atar las piernas y me dicen, no te muevas HDP porque te vamos a matar».
«Feliza conduce el auto y el con el revólver en la mano me decía, no te muevas ni levantes la cabeza y me sacudía culatazos, así ocurrió durante más de media hora, yo me daba cuenta que transitábamos la ruta, por los ruidos de otros vehículos y veía reflejos de las luces, hasta que de pronto el vehículo iba frenando e ingresó a un camino con muchos saltos, aparentemente de tierra natural y así anduvimos unos diez minutos más; la señora frenó el auto, abrieron la puerta y me empujaron hacia abajo, me tiraron al costado y me dijeron:‘HDP ya va a venir alguien que se va ocupar de vos’».
«Con mucho temor a que llegara alguien y me matara, comencé a hacer fuerzas con mis manos hasta que logré zafar una mano y me quité la bolsa de la cabeza, luego me desaté las piernas, me paré y noté que estaba en medio de la nada, todo oscuro, estaba totalmente desubicado, hasta que vi algunos reflejos de luces a lo lejos, comencé a caminar hacia ese lado y después de cuarenta minutos llegué a la ruta once, justo era el empalme de El Rabón, golpeé las manos, luego la puerta de una vivienda y sale el señor Horacio Snaider y me pregunta que me pasó, me hace entrar a su domicilio mientras yo le cuento todo», contaba López.
«El señor Snaider llama a la policía de El Rabón y me trasladan primero a la comisaría y luego de tomarme una declaración, me llevan al hospital de Las Toscas, donde me revisa un médico de guardia, el Dr. Destefano».
El día martes primero de octubre, Ángel Winkler y Felisa Pelozo, en las primeras horas de la mañana llamaban a un amigo, Luís Alarcón del barrio ingenio y le piden un favor, si puede guardar una moto que compraron y no funcionaba, en su casa por unos días. Alarcón acepta, pero al paso de los días y al escuchar la narración de lo sucedido a través de los medios de comunicación, llama a Winkler y le pide que en forma urgente retire la moto de su casa porque no quería tener problemas judiciales.
La PDI, más los efectivos de la comisaría quinta, realizaron una labor de investigación impecable, lograron sumar todas las pruebas necesarias para imputar a la pareja de graves delitos cometidos.
La víctima privilegió el acuerdo económico al grave reproche judicial que le debería corresponder de acuerdo a la acusación inicial por parte del fiscal.
Gentileza: Antonio Ávalos