Por Salvador Di Stefano.
El Banco Central baja las tasas de leliq a niveles inferiores a las Paso del 11 de agosto, esto implicaría que las tasas de plazo fijo desciendan y los ahorristas busquen alternativas de inversiones que lo protejan de la inflación que viene. El dólar en la preferencia de los inversores.
El gobierno pone rumbo financiero bajando la tasa de interés y tratando de cumplir con los compromisos fiscales y la deuda.
En primer lugar, luego de las Paso del 11 de agosto, la tasa leliq subió a niveles del 70%, tocó un máximo de 85,6% el 10 de septiembre, y hoy se ubica en 70,9% anual. Todo haría indicar que vamos a un escenario de baja de tasas de leliq, lo que, consecuentemente, implica una baja de la tasa de plazo fijo.
Lo que no sabemos es cómo va a reaccionar el inversor ante menores tasas en pesos con una inflación que seguirá por encima del 50% anual. El último dato disponible nos indica que el stock de leliq suma $ 1.142.158 millones, esto implica una suma de U$S 19.748 millones. Si esta suma de pesos se libera en el mercado y va contra el dólar, arrasaría con todo lo que encuentre en la plaza.
Recordemos que las leliq se crearon para que los bancos puedan contener dentro del sistema a los ahorristas en pesos, hoy el stock de plazo fijo a 30 días se ubica en $ 1.404.195 una cifra apenas superior al stock de leliq.
Los inversores solo pueden comprar hasta U$S 10.000 en cabeza de persona humana, por encima de ese monto deben recurrir a comprar dólares en bolsa. Hoy el precio se ubica en $ 63,70, si el dinero de plazo fijo va contra el dólar, seguramente este precio crecería y la brecha contra el dólar oficial aumentaría considerablemente.
Es bueno que la tasa de leliq baje y, por carácter transitivo, que el stock de leliq vaya disminuyendo. Las leliq representan el 42% del stock de depósitos y un 90% de los préstamos al sector privado, es una gran cantidad de dinero aparcado que genera déficit cuasi fiscal al Banco Central y no le aporta nada a la economía. Sería ideal que el desarme de posiciones sea progresivo, y que los pesos se vuelquen al mercado, lo que implicaría precios más transparentes.
En segundo lugar, los compromisos fiscales que el gobierno tiene por delante, difícilmente los pueda cumplir con el ingreso genuino de recursos de la recaudación. Los gastos superan a los ingresos fiscales, y más temprano que tarde deberá financiar dicha brecha. Como estamos por fuera del mercado de crédito, todos los caminos conducen a la emisión para cerrar la brecha fiscal. Si ello ocurre, la cantidad de dinero que va al mercado no encontrará una demanda de pesos que se corresponda en la misma intensidad, con lo cual es muy probable que esto genere como reacción una suba del tipo de cambio financiero y un aumento de la brecha con el dólar mayorista.
En tercer lugar, la deuda pública tiene vencimientos crecientes hacia fin de año, esta semana venció el Bonar 2020, pero nadie dice que la semana próxima vence el Bonar 2037, en noviembre el Bonar 2024 y en diciembre el Dica más el bono a 100 años, casi una seguidilla de vencimientos en el que hay que desembolsar dólares, y no se ve en el horizonte la llegada de dinero fresco ni del FMI ni de ningún inversor de mercado.
Las reservas al 4 de octubre suman U$S 48.177 millones, y para fin de año se estiman en una cifra menor a los U$S 40.000 millones. La economía se termina definiendo entre lo escaso y lo abundante, claramente para diciembre los pesos serán una mercadería abundante, y los dólares muy escasos, de allí que el tipo de cambio tiene un camino ascendente.
El gobierno entrante deberá trabajar en una reestructuración de la deuda amigable, solo de esta forma lograría bajar el riesgo país, conseguir financiamiento en el mercado de capitales, y que lleguen inversiones. Con una tasa riesgo país de 2.000 puntos, nadie vendrá a hundir dinero a la Argentina.
En este escenario se impone una reestructuración de la deuda a la uruguaya, sin quita de capital e intereses, pero como no hay espacio para realizar erogaciones de intereses en los próximos años, no hay que descartar que los intereses que vencen en los próximos 3 años se capitalicen, y esto le permita al Estado no desembolsar unos U$S 21.000 millones, que le darían aire para rearmar las finanzas públicas.
Conclusión
. – La baja de la tasa de interés, traerá como consecuencia menos dinero aparcado en plazo fijo, lo que por carácter transitivo traerá consigo caída en el stock de leliq. En el mes de julio el stock de leliq medida en dólares ascendía a U$S 28.816 millones, y hoy suma U$S 19.748 millones, una baja considerable del pasivo en dólares del Banco Central.
. – La brecha fiscal de los meses siguientes se terminaría cerrando vía emisión monetaria, como la demanda de pesos es inexistente, todo hace pensar que la presión sobre los precios no cederá y que el dólar financiero o bolsa seguirá a la suba.
. – La deuda se seguirá pagando hasta que el nuevo gobierno presente un plan fiscal sustentable y se proceda a la reestructuración de la deuda a la uruguaya. Si bien en términos nominales no hay quita, el valor presente del título será inferior. Si esto ocurre el valor de los títulos públicos en plaza podría subir, ya que a los precios actuales están descontando una reestructuración salvaje.
. – Hasta fin de año todos los caminos conducen al dólar, no vemos un escenario de recuperación económica, y todos los activos de la economía podrían cotizar a un menor valor al actual.
. – El resultado de las elecciones de octubre, y la puesta en escena de un nuevo plan económico podrían incentivar a tomar cursos de acción más concretos a los inversores. Por ahora, las empresas se preparan para adelantar vacaciones en noviembre, y esperar qué paquete de medidas se presenta el 10 de diciembre para ver cómo se enfrenta el verano. El próximo presidente tendrá una gran responsabilidad a la hora de presentar su plan de gobierno, si la economía no reactiva los que adelantaron vacaciones pasarán a suspender personal y eso nos complica más de cara al 2020. El dólar como un globo verde, pero no amarillo, subirá buscando más altura en las cotizaciones.