El gobierno congelará tarifas y tipo de cambio hasta fin de año. Como no tiene financiamiento porque reperfiló las letras de corto plazo, puso en escena a la maquinita para financiarse. Más brecha entre el dólar oficial y el dólar bolsa. Los tenedores de dólares tienen jugosos negocios por delante.
El congelamiento de las tarifas de energía eléctrica, gas y combustible, más el cepo al dólar llegaron para controlar un escenario económico inflacionario que parecía no detenerse. Con todas estas medidas el gobierno pretende que la inflación no supere el nivel del 55% anual. Si supera dicho nivel los balances impositivos ajustan por inflación y la recaudación se hace puré, poniendo en riesgo el pago de salarios en la administración pública nacional, provincial y municipal.
Como la crisis manda y estamos en elecciones presidenciales, al gobierno no se le ocurre la más feliz idea que incrementar el gasto público, en un momento en donde viene de reperfilar sus compromisos de corto plazo, y está a un paso de reperfilar los de mediano plazo, conclusión no tiene crédito en el mercado. El desembolso del FMI de U$S 5.400 millones parece que viene en carreta, con lo cual no llegaría ni para fin de año.
En este contexto, con necesidad de cubrir gastos, presiones sociales y elecciones por delante, aparece en el escenario la maquinita de imprimir billetes. Desde el mes de septiembre hemos visto un incremento en la circulación monetaria, esos billetes aparecieron en el mercado para financiar gasto público, y como producto de una distribución de utilidades ficticias del Banco Central, algo que el propio FMI había prohibido.
El acuerdo con el FMI no existe de ningún modo, quedaron atrás las bandas establecida a priori en el tipo de cambio, el techo de $ 51,5 quedó en el olvido, hay emisión monetaria y el déficit primario cero se transformó en un déficit potencial de 1,5% para fin de año.
Lo que viene, lo que viene
La emisión de dinero le dará más liquidez a la plaza que ir en busca de mercadería para protegerse frente a futuros aumentos de precio o contra el dólar. Si el mercado va en busca de dólares, se encontrará que solo puede comprar U$S 10.000 por mes en cabeza de persona humana. Si quiere adquirir más de U$S 10.000 por mes tendrá que adquirirlo por la bolsa.
Cuando una persona va a comprar dólares en bolsa, tendrá que encontrar su contra parte, como los dólares son escasos y la demanda se tornará abundante, el precio arbitrará a la suba. Es así como comenzamos a observar una mayor brecha entre el dólar oficial y el dólar bolsa, y mucho más acentuada la brecha contra el dólar contado con liqui que es el que se utiliza para sacar dinero del país.
Esta mayor emisión de dinero que hace el Estado no necesariamente tiene que impactar sobre el dólar oficial, que hoy está congelado por el gobierno. Sin un aumento del dólar oficial muchos productos que exportamos o importamos no mostrarán modificaciones de precio en el mercado interno. Sin embargo, el que tenga un stock de dólares los puede vender en el mercado de capitales, obtener un mayor valor que el dólar oficial, y salir a comprar activos a precios sensiblemente inferiores a los del pasado.
Por ejemplo, si la brecha entre el dólar bolsa sería de un 8,6% sucedería lo siguiente:
Un auto importado cuesta U$S 50.000 a un dólar oficial de $ 58 valdrá en $ 2.900.000.
Si el dólar bolsa alcanza un valor de $ 63 tendría que cambiar U$S 46.032 para adquirir dicho auto, lo que implica que me ahorraría un 8,0%.
En la medida que la brecha sea más grande, los tenedores de dólares podrán comprar autos u otros activos, insumos o lo que te parezca a precios mucho más bajos que los internacionales.
Esto es una ilusión, ya que solo es efectivo con aquellos tenedores de dólares, ya lo vivimos durante el gobierno de Cristina Kirchner y es una verdadera falacia.
Para los que puedan ahorrar y comprar U$S 10.000 por mes, a futuro y en la medida que la brecha siga aumentando, podrán adquirir activos a precios muy bajos en el mercado.
Volvemos siempre al punto de partida
Argentina es un país sin plan económico, falto de estrategia y sin táctica alguna. Vivimos para colocar parches a la economía, ahora esperamos llegar a fin de año, cobrar el impuesto a las ganancias, y prepararnos para el verano más caliente que tendremos en años
Durante la temporada veraniega 2020, el gobierno que asuma el 10 de diciembre tendrá la titánica tarea de descongelar los precios de la energía eléctrica, gas y combustibles, no creo que levante el cepo, pero tendrá que actualizar el tipo de cambio oficial. Por si todo esto fuera poco, solo podrá dar respuestas efectivas a la crisis si consigue crédito externo, para pedirlo tendrá que explicar cómo lo puede pagar, para ello tendrá que mostrar un plan sustentable, y reestructurar la deuda vigente.
Las vacaciones habrá que tomarlas en diciembre, porque enero y febrero serán meses para alquilar balcones, poco aire acondicionado, comidas frutales usando poco el gas y en lo posible movilizarse en bicicleta. El cepo llegó para quedarse, y los precios locos nos acompañarán por un buen tiempo, en donde un auto importado valdrá en dólares billetes mucho menos que en su país de origen, rarezas de una economía en donde los habitantes están híper dolarizados y el Estado tiene menos dólares que Cuba más Venezuela juntos.
Salvador Di Stefano
Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo.