Los argentinos viven fugando capitales, ocurrió en los años 2008 y 2011, cuando el Estado se quedó con los fondos de las AFJP primero y retorno el cepo después. Desde que asumió Mauricio Macri que se fugan dólares del país. Houston estamos en problemas.
La fuga de capitales no es algo nuevo, en el gobierno Kirchnerista entre 2003 y 2015 hubo dos años con fuerte fuga de capitales, el primero fue en el 2008 que es el mismo momento que el estado estatiza las AFJP, la formación de activos externos sumó U$S 23.098 millones. El segundo momento de tensión se vive en el año 2011, en donde Cristina Fernandez gana holgadamente la elección y el mercado descuenta que van a poner el cepo al dólar, en ese año la formación de activos externos suma U$S 21.504 millones.
Desde el año 2012 en adelante, el gobierno de Cristina Fernandez impone un duro cepo y alto control a la salida de capitales, eso termino con la llegada del gobierno de Mauricio Macri. En su gobierno la formación de activos externos sumo en el año 2016 U$S 9.951 millones, 2017 U$S 22.148 millones, 2018 U$S 27.230 millones y 7 meses del año 2019 U$S 13.827 millones. En total la formación de activos externos sumo U$S 73.156 millones, de los cuales U$S 56.190 millones son compra de dólares billetes para atesoramiento.
Si observamos atentamente estas cifras podemos apreciar que la salida de capitales no comenzó hace dos semanas atrás, entre los años 2017 y 2018 emigraron del país U$S 49.378 millones, que son el 88% del total de la formación de activos externos.
Si tomamos los ingresos y egresos de la inversión de cartera en Argentina, observaremos que desde abril de 2018 vemos una salida de capitales especulativos muy importantes. Casualmente el mes y el año coinciden con el inicio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que luego devino en un cierre al financiamiento a todo el mundo emergente. En 16 meses de crisis salieron U$S 10.786 millones, y en los últimos 12 meses se fueron U$S 7.269 millones.
Lo que pretendemos expresar es que el problema de fuga de capitales argentinos tuvo como antesala la puesta en escena del 28 de diciembre de 2017 cuando el gobierno se entromete en la política monetaria y cambiaria del Banco Central, escala este problema con el corte de financiamiento internacional cuando Estados Unidos le pone aranceles a China, y se viene un corte de crédito para el mundo emergente. Este episodio sumado a una sequía que el gobierno nunca vio, y se anoticio cuando la cosecha lo cacheteaba con menos cantidades, precipito una falta de competencia para sobrellevar la crisis que nos colocó en la situación actual.
La salida de capitales del país dejo desfinanciado a todo el sistema productivo, genero una crisis de magnitudes impensadas, en el año 2016 el PBI cayó 1,8%, en el año 2017 el PBI subió el 2,4% y en el año 2018 descendió el 2,5%. Para el año 2019 se espera una baja del PBI de aproximadamente el 2,5%.
Conclusiones
. – Bajo el gobierno de Mauricio Macri la salida de capitales fue una constante, a pesar de ganar las elecciones de mitad de mandato la formación de activos externos creció, ya sea girando dólares al exterior o acopiando billetes físicos.
. – Los argentinos no invirtieron en el país producto de que las condiciones económicas no eran las adecuadas, no había posibilidades ciertas de que le consumo interno creciera con la política en donde los servicios públicos iniciarían un proceso de ajuste que les quitarían poder adquisitivo a los asalariados y afectaría al consumo. Por el lado de la exportación, un mix de altos impuestos y un tipo de cambio bajo producto de una política monetaria errada, no invitaban a invertir en proyectos ligados a la exportación. Todo esto con una legislación laboral que era nociva a los intereses de los inversores.
. – Sin inversión a la vista, con un mercado laboral regulado, falta de infraestructura, tipo de cambio bajo, tasas de interés reales positivas y escaso financiamiento, Argentina no era atractiva para hacer negocios.
. – El gobierno llevo adelante un blanqueo impositivo con fines exclusivamente recaudatorios, no hubo ningún incentivo a invertir el dinero que se blanqueó, y mayoritariamente el dinero que en el exterior.
. – La posición de inversión internacional que informa el Indec nos dice que los activos de los argentinos en el exterior suman U$S 379.246 millones al primer trimestre del año 2019, y nuestro PBI suma a dicha fecha U$S 404.928 millones. Esto implica que tenemos en el exterior un 94% del PBI. Es un claro problema de confianza, no económico.
. – Los problemas que vivimos en la actualidad no son el emergente de la elección paso, son problemas que existen en este gobierno desde el día que asumió, dado que realizo un muy mal diagnóstico de los problemas de nuestra economía, relativizo los problemas heredados, creyó que con su sola presencia llegarían las inversiones, y no entendió la idiosincrasia del inversor argentino que lejos de apoyar prefirió replegarse después de 12 años de Kirchnerismo.
.- Los que sacaron la mayoría de votos en las Paso son los que entre los años 2003 y 2015 dejaron al país con profundos problemas económicos estructurales, destrozaron los precios relativos productos de la descapitalización de las empresas energéticas con subsidios inauditos sobre energía, gas y combustible, estatizaron empresas, rifaron las reservas del Banco Central, gastaron por encima de sus posibilidades y realizaron un apagón estadístico en el Indec para que las cifras de su gestión quedaran a oscuras.
. – Lo curioso de esta coyuntura, es que ambas facciones políticas no quieren juntarse para solucionar el problema, pretenden acelerar contradicciones, potenciar conflictos y nos llevan invariablemente a un escenario de crisis. Pronosticar la salida rápida de este proceso sería absurdo, creer que vamos a explotar sería poco serio, la economía argentina la hacemos todos, la estamos pasando mal, pero la clase política debería dar el ejemplo y unirse en busca de soluciones.
Salvador Di Stefano
Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo.