«El lunes primero de julio en un choque en Entre Ríos falleció Juan Carlos Borilli, 42 años, colono, vecino de la Hortensia. La señora Cristina Ferreira, sigue internada en terapia intensiva en el Sanatorio Adventista del Plata Villa Libertador San Martin, Entre Ríos.
Con ellos, viajaba el hijo de 4 años que salió amparado por los padres sano. La última vez que nos vimos, fue en el municipio de Las Toscas, junto con los numerosos colonos interesados en sembrar caña para recuperar nuestra cuenca más allá de todas las adversidades de todo tipo (ver lo publicado la semana pasada).
Juan Carlos, encabezaba la lista de los pequeños productores que trabajan sobre la base del asociativismo. Para facilitar las tareas, plantearon su inquietud respecto a que, además de un subsidio para la siembra y el abono, se le garantice la recepción de su caña en el Ingenio, dado que en muchos casos su producción ha quedado en el campo por más de dos años. Los pequeños productores son los más perjudicados, cuando no se le levanta la caña. Tienen pocas hectáreas. Sus recursos son limitados. Ahora se encuentran con caña de tercera y cuarta soca con un rinde muy bajo, no sirven para la siembra y hay que sacarla para liberar el terreno y destinarlo a cultivo útil.
Todos tenemos prueba de que, hasta el gobierno, ahora no quiere que desaparezca la cuenca y desea salir al encuentro de los pequeños productores golpeados y que todavía apuestan en este cultivo, por el cual tienen capacitación y herramienta. Lamentablemente los tiempos del estado no siguen los ritmos de la naturaleza. Ya cayeron las primeras heladas, otras pueden perjudicar la siembra y esto sería un perjuicio grave.
A estos pequeños productores le falta el gasoil y al momento el primer abono que va en la siembra para garantizar la calidad. Entre ellos son solidarios y se prestan la semilla. En qué podemos colaborar, cuanto nos beneficia la zafra en su ciclo anual: negocios, talleres y cuantos más emprendimientos… Hagamos entonces un BANCO SOLIDARIO que apoye estos pequeños productores, para que tengan activo este cultivo sembrando ya, antes que sea demasiado tarde.
Este banco solidario recibe plata, que se pone a disposición de ellos sin interés posiblemente.
La plata permite comprar gasoil o nafta para los tractores de estos colonos que siembran.
Si el gobierno aporta lo que se comprometió ya se devuelve el dinero, a quien prestó.
De lo contrario los colonos restituyen el dinero al valor gasoil o nafta en la próxima zafra.
Para eso se formará una pequeña comisión que vigile y ofrezca credibilidad.
Pedimos a INTA de Las Toscas y COET de Tacuarendí, que hicieron el último relevamiento, que tengan el control debido.
Por finalizar se hace presente que la caña sigue siendo un balanceo nutriente, abundante, barato y verde todo el tiempo del año para los animales, como se está implementando. Además del tradicional azúcar ofrece más valores agregados hacia diferentes tipos de energías, no tanto para exportación si no en beneficio de los pobladores locales. En pocas palabras involucra muchos trabajadores y abre puertas a las investigaciones que benefician a muchos. Esto es tener una mirada al bien común en el presente y para el futuro.
Queremos implementar ya un BANCO SOLIDARIO sin las especulaciones financieras y se basa en la mutua ayuda que beneficia a todos. Todos nosotros, gracias al trabajo de nuestros padres, hemos sido beneficiados y este cultivo nos hizo crecer.
¡Hagamos memoria histórica! Cómo y dónde aportar. Jesús habla de atención al próximo y se puede auspiciar por amistades. Pero vivimos en un estado que administra los impuestos. Habla de la producción del campo para exportaciones. Pero no mejora la vida en nuestra zona por falta de trabajo y pedimos consideración. Estamos al comienzo de un nuevo proceso, que este semanario desea acompañar publicando paso a paso el camino a emprender y también los lectores pueden aportar».
Muchas Gracias a todos por las sugerencias
P Carlo.