Las propuestas políticas para gobernar la Argentina en los próximos 4 años no son nada claras. El gobierno actual no puede revertir el escenario económico, necesita de reformas estructurales y eso no se hace en un año de elecciones. La incertidumbre es lógica, y el dólar es el billete deseado.
El Banco Central República Argentina se pintó la cara para parar al dólar, lo que no sabíamos, es que el impacto lo volvería recibir el mercado de consumo. Sin posibilidad de intervenir en el mercado cambiario, prendiéndole una vela a la exportación de materias primas del campo, y por otro lado esperando que el FMI le permita vender U$S 60 millones por día, el mercado se hizo una fiesta con un gigante con pies de barro. El Banco Central de la República Argentina tiene U$S 68.000 millones de reservas, va a recibir U$S 10.780 millones adicionales, pero no puede vender un billete de Washington en el mercado.
La única idea que se le ocurrió, fue sacar una normativa para posibilitar que los bancos paguen más por un plazo fijo. El que tiene pesos puede colocar sus ahorros a 30 días a una tasa del 48% anual en el Banco Nación Argentina (consultar en google el simulador de plazo fijo de la entidad), el banco que fomenta el crecimiento descentralizado del país paga una tasa estrafalaria a los ahorristas, y ni te cuento al que solicita financiamiento.
Con tasas altísimas, los ahorristas no se muestran muy contentos. Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía. Con datos al 27 de marzo el stock de plazo fijo es el más bajo de los últimos 3 meses ubicándose en los $ 1.393.437 millones, no hay salida de depósitos, pero tampoco hacen cola para llevar plata fresca a una tasa del 48% anual. La dolarización de portafolios crece ante el temor de que las elecciones traigan un resultado insospechado.
La dolarización de cartera es una constante en tiempos electorales, la Argentina siempre se dolariza. El Banco Central da cuenta de la formación de activos en el exterior, desde el año 2002 a la fecha se fugaron del país U$S 171.804 millones. Si tomamos los datos de la Posición de Inversión Internacional hay en el exterior activos pro U$S 377.245 millones. En las cajas de seguridad, domicilios particulares o donde se te ocurre hay guardados unos U$S 54.000 millones, algo así como U$S 1.200 por habitante. Todo esto sería dinero blanco, la economía informal es parte del deporte nacional, y se estima que en el exterior habría un 50% adicional de fondos no declarados.
Hasta aquí el resumen sería que la Argentina entre dinero formal e informal tendría en el exterior U$S 550.000 millones. Mientras que en el país habría en efectivo unos U$S 54.000 millones adicionales. Argentina después de Estados Unidos y Rusia es el país con mayor cantidad de dólares billetes en manos de particulares, eso sí, la mayoría de los argentinos se oponen fuertemente a la dolarización.
Como dato adicional, le hacemos saber que el PBI de argentina es de U$S 385.000 millones, en consecuencia, entre dinero en el exterior y billetes guardados tenemos un PBI y medio, claramente el problema es de confianza, no económico.
La Argentina es un país con dos monedas, el dólar y el peso. Los felices poseedores de dólares tuvieron una suba del 233,5% desde diciembre de 2015. Mientras que la inflación estimada para ese periodo ronda el 180%. En el último año, el dólar subió el 115,2%, con una inflación estimada del 55% anual.
Como se puede apreciar, el dólar subió mucho más que los precios de la economía, podríamos decir que la mayoría de los bienes durables han caído en dólares. Sin embargo, a pesar del empacho de dólares que hay en las carteras de los inversores, no se observa un pase de dólares a activos.
La pregunta obligada es ¿Por qué no se observa ese cambio de dólares a activos con una relación tan beneficiosa?
Las razones no son económicas, son razones políticas, Argentina deberá afrontar en octubre una elección que podría cambiar el rumbo de la historia. Hasta hoy tenemos tres candidatos con políticas económicas opuestas, pero nada está firmado, quien dice tres podría decir dos. Tal vez los nombres que hoy circulan dejen de circular, y aparezcan otros que traerán consigo menos edad y más confianza. En cualquier caso, nada está cerrado, el escenario es abierto y puede haber sorpresas.
¿Cómo sigue el escenario económico para el trimestre abril – junio? Vamos a realizar algunas consideraciones claves:
1) No hay duda que ingresaran dólares de la cosecha, el hombre de campo venderá como mínimo la mitad de la cosecha de soja, y esto traerá cerca de U$S 5.000 millones de piso para el trimestre. Pero a no atarse los rulos, habrá también importaciones, con lo cual el saldo podría ser de U$S 1.000 millones por mes.
2) Las Inversiones extranjeras directas suman en promedio unos U$S 220 millones mensuales, y la inversión en cartera dejó de migrar, suponemos en un escenario optimista que ingresarían U$S 100 millones mensuales.
3) La balanza de servicios podría ubicarse neutra, pero seamos un poquito pesimistas, pongámosle un déficit de U$S 500 millones por mes, por el pago de intereses.
4) La formación de activos externos podría ser el arma de la discordia, están saliendo como piso U$S 1.400 millones por mes.
5) El FMI le permitiría al gobierno cambiar dólares por el equivalente a U$S 1.200 millones por mes.
El partido entre dólares y pesos está empatado. No hay un fuerte desequilibrio de unos sobre otro, sin embargo, la población no demanda pesos, desea dólares y si eso hace crecer la brecha entre uno y otro.
La suba del dólar rápidamente se transforma en inflación, la Argentina esta dolarizada y no tardaron en aumentar los combustibles después de un mes de marzo en dónde el dólar estuvo furioso.
Los aumentos de los jubilados y asalariados van perdiendo contra la inflación, no mejora el poder adquisitivo y el frío se sigue sintiendo en los mostradores. Las ventas no mejoran, las tarifas públicas suben, el crédito no aparece y los gastos de estructura en los negocios son imparables.
Lo mejor que podría suceder es que se vayan definiendo las candidaturas presidenciales, y con ellas los posibles planes a aplicar. Hoy tenemos la coalición Cambiemos, que junta a los partidos PRO, coalición cívica y radicales, con un plan económico desconocido, pero que se hará en forma rápida en los años que vienen ¿?. La coalición Alternativa Federal, una mezcla de peronismo del interior, más peronismo no Kirchnerista, radicales divorciados del pro, sindicalistas e industriales, con un plan de consenso social, e integración de todos los sectores a la mesa de debate ¿?. El Kirchnerismo expresión popular encolumnado detrás de Cristina Fernandez de Kirchner, apoyado por movimientos sociales, sindicatos e industriales más comerciantes que abogan por una economía cerrada y con cepo ¿?.
Son tan claras las propuestas a venir, que la gente no se desvive por vender dólares y comprar bienes durables, más bien se desprenden de pesos y compran dólares, se comienzan a vender fluido campos y propiedades que son resguardo de valor, se acopia mercadería importada y materia prima que tenga precios con tendencia a la suba.
Por Salvador Di Stefano, analista de negocios.