Profesionales de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria recomiendan a fumadores y ex-fumadores mayores de 55 años hacerse chequeos anuales.
El Cáncer de Pulmón es la primera causa de muerte por cáncer a nivel mundial y también en nuestro país, donde da cuenta del 15% de las muertes por cáncer en la población general, sobrepasando al cáncer de colon y de cérvix, y siendo superado solo por el cáncer de mama en la población femenina. Esta elevada cifra está relacionada con que la mayoría de los casos se diagnostican en estadios avanzados ya que solo el 20% de los casos se descubre en etapas tempranas con chances de tratamiento curativo.
¿Quiénes pueden desarrollarlo?
Esta enfermedad afecta más a los hombres y a los grandes fumadores; pero hemos asistido en los últimos años a un cambio progresivo en las características de la población de pacientes. Aunque los hombres fumadores siguen representando a la mayoría de los pacientes, hay una proporción creciente de mujeres que padecen cáncer de pulmón y, muchas de ellas, no han fumado y son más jóvenes.
De todas formas, la principal causa de este tipo de cáncer continúa siendo el tabaquismo, pero al menos un 25% de los casos se da en no fumadores por factores como la exposición ambiental a tabaquismo pasivo, al humo de leña, al asbesto y ciertos virus oncogénicos. Se consideran pacientes de mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón aquellos mayores de 55 años, fumadores, o expuestos secundariamente al humo del tabaco o de la combustión de compuestos orgánicos. Aquellos que han padecido otros cánceres, los que tienen familiares que han padecido cáncer, y los portadores de enfermedades pulmonares crónicas como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) también muestran mayor riesgo de cáncer de pulmón.
¿Cuáles son los síntomas y cómo se diagnostica?
En los casos en que se manifiesta clínicamente se presenta con tos, expectoración con sangre, falta de aire, y dolor torácico. Puede ser descubierto como un hallazgo incidental en una radiografía o tomografía de tórax, en forma de nódulo o masa pulmonar.
Para dar con un diagnóstico definitivo es necesario realizar una biopsia, que es el análisis de una porción del tejido afectado. Este estudio es realizado por un médico patólogo, que se encarga de determinar si hay células malignas en la muestra, y de ser así, identificar qué tipo de cáncer afecta al paciente. Este paso es crucial para la determinación del pronóstico y elección del tratamiento. Entre las determinaciones que realiza el laboratorio de patología se encuentra la detección de marcadores moleculares, que son tests que buscan la presencia de algunos genes o proteínas alteradas en las células cancerosas, que participan en el mecanismo oncogénico, y que pueden ser blanco de terapéutica, principalmente en los pacientes con estadios avanzados de la enfermedad.
En los últimos años, se ha alcanzado un mayor entendimiento de los mecanismos que producen la enfermedad y también de sus bases genéticas y moleculares, lo que ha llevado a los profesionales a caracterizar mejor cada caso, y así personalizar el tratamiento de cada paciente. Se trata de una enfermedad heterogénea, es decir que los enfermos pueden presentarse con diferencias en sus perfiles genéticos, en su presentación clínica y por lo tanto responder de manera diversa a los tratamientos disponibles.
La mejor estrategia para disminuir la posibilidad de desarrollar cáncer de pulmón es dejar de fumar. Aquellas personas mayores de 55 años, que tengan antecedentes de tabaquismo están en mayor riesgo de sufrir cáncer de pulmón, por lo que se recomienda enfáticamente consultar a un especialista en neumonología para realizar chequeos anuales y contar con la oportunidad de una detección temprana.
Asesoró:
Dra. Iris D. Boyeras Navarro (M.N 118839). Coordinadora Sección Oncología Torácica de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria. Especialista en Neumonología. Instituto de Oncología Ángel Roffo. Universidad de Buenos Aires.
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Asociación Argentina de Medicina Respiratoria