El asesino de Rosalía Jara habría utilizado un objeto contundente para asesinarla. Fue con un golpe en la cabeza que le fracturó y hundió el cráneo.
Recordamos que Rosalía desapareció el 1° de julio de 2017 en Fortín Olmos, su localidad natal y, a fines de agosto de este año en curso fueron hallados restos óseos en las cercanías de la Ruta Nacional N° 98, en la zona de El Bonete, en el departamento Vera.
Luego de su desaparición se formularon innumerables conjeturas y hubo muchas líneas de investigación pero siempre se centraron en una: la de Juan Valdez como autor de la muerte.
Se investigó la posible trata de personas, pero el hipótesis del crimen fue siempre la más fuerte. Se hicieron enorme cantidad de rastrillajes en la zona rural en los alrededores de Fortín Olmos hasta que finalmente unos cazadores encontraron los restos óseos y prendas de vestir que su familia reconoció rápidamente, y desde ese momento se fortaleció la hipótesis del crimen.
El informe del Equipo de Antropología Forense asegura que el cráneo presenta una “lesión perimortem vinculada a la circunstancia de la muerte en el macizo parcial izquierdo, compatible con trauma contuso, con fractura con hundimiento del cráneo y deformación por hundimiento de la órbita izquierda”.
Este informe formal se traduce en que a Rosalía Jara la mataron de un fuerte golpe en su cabeza, en la zona del ojo izquierdo. El golpe fue con tanta violencia que se partió y hundió el cráneo generando la muerte inmediata de la joven madre.