Villa Ocampo, escuela N°6354 – Paraje La Isolina: A la memoria de Yolanda

Me llamo Beatriz de Maniglia, ¿Me recuerdan? Soy amiga de la familia Leiva, y además fui colaboradora de Yolanda en la Escuela 6354 del Paraje La Isolina y quiero llevarles a ustedes el recuerdo del 1º aniversario de su desaparición física.

«Estamos muy cerca del 1º aniversario de su desaparición física (30 de julio), y agradezco al Paralelo28 esta publicación en homenaje a esa incomparable docente que fue orgullo de todos los alumnos que pasaron por su aula”.

“Como anécdota, les comento que en alguna oportunidad merecieron el 1º premio de Matemáticas en una maratón que se llevó a cabo en toda la provincia de Santa Fe. Este año se cumplen 20 años de nuestro primer contacto a través del matutino Clarín (Clarín porteño 1996) solicitando urgente ayuda para esos chicos”, nos comenta Beatríz.

“Nunca más nos separamos. Siempre estuve presente porque los amé desde el primer momento y luché junto a ella para que no les faltara nada (incluyendo la instalación de los baños que se lograron gracias a la Fundación Telefónica de Argentina), por lo tanto, dejo este mensaje para toda la ciudad de Villa Ocampo, y muy especialmente para la gente de la Escuela N°6354 del Paraje La Isolina”, comentó Beatriz Maniglia.







TODO EN LA NADA

(Homenaje a Yolanda Stechina de Leiva. A un año de su desaparición física)

Carita de siena con ojos de almendra y labios que sangran.

Silenciosos cruzan los pies en la tierra descalzos, temblando los dientes aprietas y tus manos breves se mantienen quietas.

El cielo es un manto, el barro frazada, y allí entre los otros que llamas “hermanos” juntos a la puerta sin puerta del rancho, esperas ansioso la nueva jornada.

Tú sabes del hambre de cada mañana y buscas abrigo donde puedan darte. Con leche caliente y panes de grasa los colores vuelven a tu piel morada.

Paredes de adobe, ventanas de nada, cartones que cubren la tierra aplastada,

y sobre unos troncos que sirven de asiento eres otro alumno que ríe y que canta.

Maestra, rectora, portera, madraza nada te amilana…te tienes confianza y desde las letras que vas enseñando sientes que ahora tienen alguna esperanza.

Más eso no basta, no estás animada porque ves que sufren… estás consternada pensando en la tarde cuando el sol decaiga y vuelvan con frío de nuevo a sus casas.

Ya leen y escriben… Ahora son grandes saben que esa vida no es futuro, y parten dejando las huellas de la tierra blanda de los pies descalzos y la voz cortante.

…Y de aquel ranchito que luego fue escuela con el sacrificio de cuantos la amaban que tenían todo lo que precisaban con una bandera que al tope flameaba, con paredes nuevas, cocina, ventanas;

Con baño instalado, con pisos, con aula sólo hay una nota que quedó guardada cuando le dijeron: “En junio se cierra, en junio se acaba”.

-Y allí le informaban- que eran “pocos chicos que estaba muy lejos… que estaba en la nada que hay otra más grande, con muchos docentes con muchos alumnos… mejor ubicada” (pero sin la “Seño” que se fue muy triste trabando la puerta de aquella MORADA)

…Apenas un año desde que partiste cerrando los ojos, enferma, frustrada… tu esencia no ha muerto, estás con nosotros… ¡Qué Dios te bendiga, te tenga guardada! ¡Que estés en la Gloria! ¡MAESTRA DE CAMPO! ¡Ejemplo de PATRIA!

Beatriz de Maniglia