La devaluación del Yuan y su impacto en Argentina

Salvador Di Stefano Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo.

China podría devaluar el yuan, y esto generaría una ola de devaluaciones competitivas. Argentina esta devaluando el peso, y se estaría preparando para enfrentar la crisis.

La crisis desatada a nivel mundial tiene dos puntos de partida. El primero viene de China, sus mercados abren el lunes (estuvieron cerrados una semana por el fin de año Chino), el gobierno está realizando una reforma bancaria en las sombras, está subiendo la tasa de corto plazo, y hay versiones de una probable devaluación del yuan, no menor al 30%. Una medida de este tipo, sería clarificar el escenario económico mundial, China dejaría de perder reservas, y el mundo se acomodaría a esa nueva realidad.

El segundo punto que preocupa, es la salud del sistema financiero mundial. La baja en el precio del petróleo, dejo al desnudo a muchos bancos que financiaban petroleras. Esto trae consigo perdidas, que serán difíciles de recuperar en el corto plazo, generan menos crédito en el sistema, y obligan a una contracción crediticia del sector privado.

En este escenario, van quedando archivadas la posible suba de tasas de interés, y hasta la Reserva Federal estudia la posibilidad de tasas de interés negativas, como el caso de Suecia, cuya tasa de corto plazo se ubica en el – 0,5% anual. Te pagan por tenerte el dinero.

En este escenario Argentina está en problemas. Hace tiempo que venimos alertando del viento de frente que tiene el país, dadas las consecuencias no deseadas que provienen de la economía mundial.

Si China devalúa su moneda el 30%, Argentina sufriría dos graves problemas, por un lado, podría darse una nueva baja en el precio de las materias primas, que seguramente las posicionen en un piso, pero la baja va a doler en el bolsillo de los productores argentinos, los ingresos fiscales del país, y la llegada de dólares a las arcas del Banco Central. Por otro lado, en nuestras reservas hay U$S 8.000 millones en yuanes, una devaluación de esta moneda, automáticamente haría disminuir las reservas, y bajaría el respaldo en dólares de nuestra base monetaria.

Tal vez, por esta razón, hemos visto al Banco Central devaluar el peso, a niveles de $ 14,80. Fue una devaluación deliberada, porque en los últimos días el Banco Central lejos de vender, compro dólares en el mercado.

Una devaluación del yuan, podría invitar a una devaluación masiva de las monedas de América Latina, y argentina no podría quedar exenta de las consecuencias no deseadas de este tipo de medidas.

Como todo lo malo, tiene aspectos positivos, esta crisis deja a la tasa de interés en el mundo en niveles extremadamente bajos, diríamos, críticos. Esto beneficia a la Argentina, que pronto tendría que colocar deuda en los mercados mundiales, si solo sí, los bonistas en litigio con el país, aceptan la propuesta de pago Argentina en el tribunal de Thomas Griesa.

Esa no será la primera, ni la última colocación de deuda. Argentina tiene que financiar amortización y pago de intereses de deuda emitida por un total de U$S 11.000 millones en el año 2016. A esto hay que sumarle las necesidades de financiamiento del sector público nacional, que rondan el equivalente a U$S 33.000 millones. Si le sumamos la posibilidad de que las provincias argentinas salgan a buscar unos U$S 10.000 millones, y que el gobierno trate de conseguir U$S 10.000 millones para obra pública. La colocación de deuda argentina, incluyendo el pago a los fondos buitres, rondaría los U$S 70.000 millones.

La pregunta obligadas es ¿Se podrá colocar este monto de deuda? No, en absoluto. Los mercados mundiales están escaldados por lo sucedido en los distintos mercados, y seguramente financiarán a nuestro país, pero no en dicho monto.

En este escenario, es probable que Argentina tenga que recurrir a la emisión para financiarse, o bien seguir tomando crédito interno en pesos, para paliar el déficit fiscal, y otros gastos del Estado.

No vemos posible para el año 2016, una sustancial baja de la tasa de inflación, seguimos viendo una tasa de interés muy alta, restricciones crediticias para el sector privado, y un tipo de cambio que se ira devaluando, de acuerdo a como se mueven las variables internacionales. Cuando abordamos este tema, hay que seguir de cerca, el valor de las materias primas en el mundo, y como se devalúan las monedas de los países vecinos.




Conclusión:
.- Argentina no puede disfrutar de la posible vuelta a los mercados mundiales, y el probable acuerdo con los fondos buitres, dado que el mundo le dio vuelta la cara a la especulación, y los activos se han derretido en el mercado.

.- Es tan impresionante la crisis, que el oro emergió como resguardo de valor, ante la gran incertidumbre que generan la salud de los bancos, y la posible devaluación el yuan en China.

.- Los bonos argentinos, con rendimientos del 7% y 8% anual, lucen atractivos ante el escenario de baja de tasas.

.- Las acciones se ven afectado por el tsunami bursátil mundial, pero el mercado es el más firme de la región. Cuando el mundo baja, Argentina lo hace en menor medida. Cuando hay un rebote, Argentina sube más que la media.

.- Las propiedades vuelven a mostrarse como un resguardo de valor en nuestro país. La posible llegada de instrumentos financieros hipotecarios, podrían dinamizar al mercado, e incorporar a nuevos compradores, lo que le daría más liquidez al sector.

.- El gobierno nacional, trabaja entre los problemas de la herencia recibida, un viento de frente internacional, y una época del año con poca actividad. En marzo debería comenzar el año económico, hasta ahora muchas decisiones empresariales siguen postergadas, sin embargo, entramos en tiempo de descuento para decidir inversiones. El mundo tiene activos a precio de regalo, el petróleo a menos de U$S 30 no debería ser un precio para todo el año 2016. Es cuestión de esperar, no desesperar, e invertir con dinero genuino.

.- Animo, la crisis del 2008, parecía superada, sin embargo, este sería el último remezón, pasaron 8 años, es tiempo de revancha en los mercados. No se apure a invertir, pero este atento, cada día que pasa, estamos más cerca de revertir la crisis.

Salvador Di Stefano
Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo.