El cantante de pop cantó ayer temas chamameceros. Un lujo para algunos, suficiente para otros, no satisfactorio para los más puristas. Lo cierto es que se llevó el cariño de la gente que pobló el Cocomarola como nunca en lo que va de la Fiesta, y el aplauso de muchos de los cultores del género que, más allá de los gustos, pueden reconocer el respeto con el que Axel revistió su presentación en la séptima noche del Chamamé 26.
En su repertorio en la Fiesta Nacional del Chamamé incluyó dos temas propios, aunque a uno le sumó un toque litoraleño junto al Ensamble de la Orquesta Folklórica de la Provincia de Corrientes. Incluso volvió al escenario durante la presentación de Amandayé para acompañarlos en una muy buena interpretación del clásico “A Villa Guillermina”.
“Me parece que está buenísimo el prejuicio que existe a veces”, dijo Axel en conferencia de prensa al finalizar su espectáculo, refiriéndose al debate que se dio, principalmente en redes sociales, sobre su participación en la fiesta chamamecera. “Esas situaciones te hacen crecer, de ponerse a pensar, cuestionar. Está bueno ponerse a pensar y equivocarse o ver hasta dónde uno podía llegar”, agregó y explicó que “cantó folklore toda la vida, pero el chamamé es lo último que descubrí”.
También detalló que “es difícil decir un tiempo de cuánto tiempo tardamos en prepararnos. En realidad, el año pasado ya me habían invitado y respetuosamente dijimos que no porque sentimos que debía fluir más naturalmente. Nos moríamos de ganas por pisar este escenario por lo histórico que es, por los artistas que han consagrado su obra aquí en el Cocomarola, pero también teníamos el miedo y el respeto de hacer algo bien”.
“De ese momento para acá quedó dando vueltas en la cabeza -recordó- y cuando volvieron a invitarnos nos preguntamos ¿y si hacemos chamamé? ¿Qué pasa? Así empezamos a coquetear y pensar canciones. Eso fue en octubre, noviembre. Con los músicos correntinos que armamos un ensamble íbamos intercambiándonos pistas, tonalidades, ritmos, velocidades y se nos ocurrió la idea de hacer “Amo” con este tipo de versión que fluyó muy naturalmente”.
“Me pone muy feliz que el resultado haya sido lo que pasó hoy porque el resultado fue mucho más de lo que esperaba porque el público es fantástico y muy generoso”, aseguró.
La actuación
Axel dividió en dos la opinión chamamecera y eso sólo es posible en algunos casos. A la hora de la actuación, apostó por los clásicos más representativos del cancionero. “Enero”, “María va”, “Merceditas” y “Canción para Carito”.
Intentó versionar en chamamé su hit “Amo” con resultado ambivalente, aunque a la gente que pobló el Cocomarola poco le importó. Fueron unas 13 mil almas las que asistieron a la séptima noche de la Fiesta. Siguió con “A mi corrientes porá” para congraciarse definitivamente y abrir la puerta para lo que luego hizo: “Celebra la vida”, en su versión original.
La noche
Párrafo aparte para la presentación de Guillermo y Susi De Pompert que desarrollaron un repertorio nuevo y muy sentido, sobre todo cuando Guillermo homenajeó a los soldados de Malvinas en la memoria del “Soldado Carmelo Fernández”.
Chingoli Bofill hizo propio el escenario con clásicos del cancionero chamamecero, muchos de los cuales involucran temas de su propio padre, el gran Mario que cierra la Fiesta este sábado.
Gisela Méndez Ribeiro se dio el gusto de cantar acompañada de su padre. Abrió su show con una bella versión de “Casita de Santa Ana” y cerró con el coro de la gante cantando “Merceditas”.
Avanzada la noche, Monchito Merlo trajo la alegría al anfiteatro, al que invitó a bailar con su chamamé santafesino. Uno de los grandes que estuvo en la primeras fiestas del Club Juventus. Las guitarras de Curuzú y Carolina Rojas, de los más destacados. Fue el camino que abrió el sendero para la presentación de Amandayé, que no tuvo una de sus mejores noches, aunque sí un punto alto al invitar a Axel a cantar “A Villa Guillermina”.
Por VERONICA ECHEZARRAGA
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